El refranero español, puñetero según se autodefine, recuerda que ahorcan a la fuerza. Si se traslada ese símil a la evolución social, comercial y económica del primer cuarto del siglo XX, cabe decir que por obligación y a rastras se reconvierten los pequeños negocios tradicionales, los de barrio, en bares, restaurantes y tabernas.
El mercado municipal Virgen del Rosario, ubicado en una zona de Cádiz conocida popularmente como Varela, acogerá desde la próxima primavera seis puestos de comida y bebida para formar un rincón gastronómico que contará con dos terrazas dotadas con sillas y mesas, una en la acera colindante y otra enfrente, junto a la valla del parque ubicado en la zona.
El cambio esperanzado y obligado, anunciado este viernes por comerciantes y Ayuntamiento en una comparecencia a pie de calle, tiene un origen claro: los puestos de frutas, verduras, carnes y pescados tradicionales están en decadencia. El uso hostelero es la alternativa más a mano.
Concejales y minoristas incidieron varias veces en el declive de su actividad tradicional. A finales de 2024, de los 37 puestos del Mercado Virgen del Rosario, 15 están cerrados. Sólo 22 permanecen abiertos, algunos a duras penas.
Jubilaciones, cambios de hábitos de los consumidores y crecimiento de la competencia, con varios supermercados de gran volumen o centros comerciales a menos de 500 metros, explican la situación para los responsables que anuncian el cambio.
Será "en primavera de 2025" cuando abran seis puestos como bares de diverso tipo. Inicialmente, estarán especializados. Desde la omnipresencia del sushi hasta "freiduría, abacería, arrocería, una hamburguesería y establecimientos de cocina tradicional gaditana".
Además de las terrazas, una zona algo más ancha dentro de los estrechos pasillos del mercado, la orientada hacia el Norte, hacia el casco antiguo, acogerá unas pocas mesas altas y taburetes.
La creación de este nuevo rincón gastronómico, a semejanza del exitoso y caótico del Mercado Central, anuncia la apertura de más puestos dedicados a esta función pero eso sucederá, si sucede, en un futuro próximo.
La concejala de Comercio, Beatriz Gandullo, asegura que "el objetivo es dotar a Extramuros de un referente gastronómico dentro del mercado y dinamizar la zona». Estos deseos tendrán que adaptarse a la evolución de una zona de la ciudad ajena a la invasión turística aunque cercana a una zona de mucha afluencia como el Paseo Marítimo.
Entre sus ventajas estratégicas para una futura rentabilidad aparece la ubicación en mitad de las mayores avenidas de la ciudad, tanto la transversal como las longitudinales.
La apertura de este nuevo rincón gastronómico permitirá que el Mercado Virgen del Rosario tenga actividad más allá de su horario actual, hasta las 15 horas, para prolongarlo hacia la noche.
Mejoras en la decoración y la iluminación precederán también a esta nueva función, según la delegada. El presidente de la Asociación de Detallistas de los Mercados de Cádiz (Asodemer), José Luis Paramio, y el representante de los minoristas del Mercado Virgen del Rosario, Antonio Jesús García López, acompañaron a la concejala y al alcalde.
El regidor, Bruno García, en un intento desesperado de frenar el curso de los tiempos y aferrarse a la tradición moribunda, aseguraba en la presentación que la apertura de los bares, terrazas y puestos de comida en Varela no debe acabar con "su esencia como mercado tradicional de abastos, como lugar en el que los vecinos compran a diario". Difícil lo tiene.