La nueva barandilla del Paseo Marítmo de Cádiz ha sufrido las primeras pintadas, a pesar del poco tiempo que llevan colocadas. Esta estructura busca garantizar la seguridad en esta zona tan transitada por peatones y deportistas, lo que deviene en situaciones de potencial peligro de caída en esos tramos en los que la muralla tiene más de seis metros de altura, y además el pie de la misma es una zapata de hormigón.
El perfil Cádiz Abandonada, dedicado a denunciar gráficamente los desperfectos de la ciudad en redes, ha compartido unas fotos en las que pueden observarse las primeras pintadas a la barandilla acristalada del Paseo para la que el Ayuntamiento de Cádiz ha invertido 93.839,49 euros. Otro ejemplo de falta de civismo con el mobiliario urbano gaditano.
Con su instalación se ha ganado en accesibilidad, tras desaparecer el murete de piedra, así como en espacio, pues se ha ampliado el paseo marítimo 50 centímetros. La estructura está formada por postes de acero galvanizado que se instalarán cada metro y medio, y entre ellos hay colocados entrepaños formados por tres láminas de vidrio monolítico, de seis milímetros cada una, unidas mediante sendas películas intermedias de butiral transparente. Dichas láminas tienen los cantos pulidos en su parte superior para evitar cortes, y la barandilla ha quedado a una altura total de 115 centímetros.
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