Es la finca civil más llamativa del barrio del Pópulo de Cádiz, con diferencia. Es la construcción de particulares con más peso histórico de la zona medieval de la ciudad. Sin embargo, acumula casi 20 años de abandono, proyectos frustrados, obras paralizadas y quiebras empresariales.
Esa condena, que puede parecer larga pero es breve si se tiene en cuenta que la finca tiene casi 350 años de vida, parece tocar a su fin. Los albañiles y operarios -ahora de la empresa Área Construcciones- han vuelto a la Casa del Almirante.
La idea de abrir en ese emplazamiento un hotel de lujo ha sido anunciada y abandonada por, al menos, tres grupos empresariales en este tiempo. Los altos costes, la protección administrativa o los vaivenes del mercado inmobiliario tumbaron todos los intentos previos.
Ahora, en septiembre de 2024, varios empresarios, todos españoles, que forman un grupo de inversión se hace cargo del viejo proyecto de hotel de lujo, probablemente de cinco estrellas, en el histórico inmueble protegido. Su nuevo plan es inaugurar a mediados de 2026.
Estos inversores han recuperado antes establecimientos similares -siempre destinados al sector hotelero de lujo- en los centros históricos de Cádiz, Málaga, Córdoba y Sevilla, también en municipios más pequeños como Bormujos (Sevilla).
En algunos casos, detallan desde la constructora, estos hoteles son finalmente explotados directamente por este grupo de inversión. En otros casos, el grupo llega a un acuerdo con cadenas o especialistas hoteleros para vender la finca ya rehabilitada, lista para su inauguración.
Las obras que ya han comenzado en El Pópulo prevén "la restauración total desde cero, incluso deshaciendo todas las obras de reforma realizada en proyectos anteriores", según la constructora.
Honorio Aguilar anunció el primer proyecto en 2005, después el palacio pasó por el BBVA y el grupo catalán Hotusa
El palacio construido en 1685 por Diego de Barrios, almirante de la flota de Indias, está considerado como el ejemplo de más relevante de las llamadas casas de los cargadores de Indias. Sus tres cuerpos aparecen rematados dos torres-miradores.
En estos 20 años, en las instituciones de Cádiz, el sector turístico y el barrio siempre se pensó que la recuperación de la Casa del Almirante en la plaza central del diminuto barrio medieval era la confirmación de la espectacular rehabilitación integral de una zona degradada hasta los años 90 del pasado siglo.
Ese proceso de recuperación global tuvo su inicio en 1995 con el célebre Plan Urban de la Unión Europea. La continuidad llegó gracias a la cooperación Junta de Andalucía-Ayuntamiento en el Plan de Rehabilitación de fincas, especialmente en la primera década de este siglo.
Antecedentes difíciles
El proyecto hotelero en la Casa del Almirante debía ser la corona. Esta idea nació en 2005, con el paso de la casa-palacio del siglo XVII a manos privadas, las de Honorio Aguilar.
Incluía un proyecto de cinco estrellas con 25 habitaciones –algunas de ellas con jacuzzi y solarium–, además de vestíbulo, cafetería, terrazas y otras zonas comunes.
Los mármoles rojos y blancos de la estructura original, además de los escudos familiares o arcos, escaleras y cúpulas serían recuperados como la fachada, todo protegido por la Consejería de Cultura de la Junta como Bien de Interés Cultural.
Sin embargo, tras cinco años de obras llegaron parones y trabas de todo tipo, el promotor tuvo que rendirse a media rehabilitación. El edificio de 1685, sin rematar, pasó a manos del grupo bancario BBVA.
Tras un proceso de puja en el que participaron incluso empresas de origen chino y el gaditano Grupo Pascual fue finalmente la hotelera catalana Hotusa la que se convertiría en nueva promotora tras siete años de parálisis y silencio.
Por primera vez en la segunda década del siglo XXI, en 2017, volvían los obreros a la histórica casa señorial destinada a ser centro del Pópulo.
Varios litigios, distintas dificultades técnicas y financieras, rematadas por el terremoto social y económico de la pandemia, en 2020, volvieron a meter el proyecto en el cajón del olvido.
Nuevos detalles lujosos
A punto de terminar el verano de 2024, toma cuerpo, velocidad y actividad el cuarto intento de recuperar un inmueble de valor arquitectónico e histórico incuestionable.
Un restaurador italiano para la fachada y el techo abovedado de la suite principal con balcón anuncian habitaciones entre las más sofisticadas de Andalucía
Entre gaditanos, visitantes y guías, es comentario tradicional el halago a su fachada con tramos de mármol rojo genovés, columnas toscanas y el nombre balcón presidido por escudo heráldico de los primeros propietarios.
Tan en serio se han tomado la rehabilitación los nuevos promotores del proyecto que han encargado la rehabilitación de todos estos elementos exteriores a un restaurador italiano, considerado entre los mejores especialistas de Europa.
Esos exornos rodean el balcón señorial de la suite principal, que ocupará todo el ancho de la finca y tendrá techos abovedados. Los nuevos promotores la anuncian como una de las habitaciones más sofisticadas de toda Andalucía.