Okuda remata un enorme mural en las fachadas del puerto de Cádiz para recibir a cruceristas y paseantes

El prestigioso artista cántabro afincado en Madrid presenta este miércoles su llamativa obra encargada por la Autoridad Portuaria como declaración de intenciones de cara a la integración puerto-ciudad

Okudart, en pleno trabajo en el mural en el Puerto de Cádiz.

Recibe a las visitas en el andamio hidráulico, a 20 metros del cantil, y con un altavoz lanzando bachata a todo lo que da. "No puedo trabajar sin música", aclara. Incluso invita a los cámaras y redactores a bailar para resaltar que su labor es llenar de colores y vitalidad lugares atormentados por el gris y la prisa. Ahora le toca el turno al puerto de Cádiz.

Las paredes de la gran nave industrial (almacén número 1) del muelle Alfonso XIII son el nuevo lienzo en el que Okuda (Óscar San Miguel Erice, Santander, 1980) vuelca su forma de estampar ciudades. Su nuevo mural, "ya llevo utilizados 1.800 botes de pintura", será presentado este miércoles en Cádiz.

La obra del artista cántabro ya es visible desde gran parte del puerto de Cádiz.  REYNA

La obra con las características piezas geométricas y policromáticas del autor será desde esta semana una gran postal, un forillo gigantesco y permanente para dar la bienvenida a los cruceristas que lleguen al puerto de Cádiz, a los asistentes de uno de los eventos del otoño cultural en la ciudad, a los futuros paseantes.

Su obra gráfica también sirve de anuncio y soporte al festival de series South, del 25 al 31 de octubre. El cartel, con ese mismo estilo bautizado por los expertos como "surrealismo pop", ya es visible en autobuses y marquesinas. En ambas obras resulta inconfundible el sello de Okuda.

El encargo artístico de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (por valor de 200.000 euros) también tiene la intención de servir de prólogo a la integración puerto-ciudad, un proyecto que derribará parte de la valla para fundir los muelles con la trama urbana del paseo de Canalejas en unas obras que deben comenzar a principios de 2025.

Okuda prefiere no desvelar muchos detalles de la obra porque los reserva para la presentación oficial de este miércoles, 9 de octubre, pero adelanta que su trabajo también ha tenido una fase previa de "recuperación de la fachada para que la pintura tuviera una buena superficie. Hago mis obras con la intención de que perduren".

Decenas de paredes en España llevan ya su firma, aunque también tiene un trabajo más personal, en formato portátil, que suele recorrer galerías y ferias de medio mundo. En salas, en calles o en estaciones sus creaciones han podido verse, a lo largo de dos décadas, en media Europa y en India, Estados Unidos, México, Suráfrica, Japón, Chile, Brasil o Perú.

Okuda, en el Puerto de Cádiz.  REYNA
Un momento del trabajo de Okuda.  REYNA

La mayor parte de su labor artístia, cuando no trabaja al aire libre, se desarrolla en Factory of dreams, el estudio del Sur de Madrid al que se trasladó hace dos años. Nacido en Santander, donde creció, celebra que el enorme lienzo urbano en el puerto de Cádiz le permita "volver al mar, siempre vuelvo al mar, quiero vivir en un verano perpetuo".

Aunque ahora le ha llegado el momento de los grandes encargos, las exposiciones por todo el mundo y el prestigio, recuerda sus orígenes y les jura lealtad: "Yo vengo del graffiti, de pintar en la calle, ilegal", ha declarado en muchas ocasiones. Aspira a ser "el nexo entre el arte callejero o el muralismo".

Un andamio hidráulico, a 20 metros del borde del mar, ha servido como lugar de trabajo durante una semana.  REYNA

Una de sus obras más controvertidas fue cubrir con 72 colores distintos el Faro de Ajo, construido en 1930, en el municipio de Bareyo, en el punto más septentrional de Cantabria. De las quejas y las críticas por el choque generacional propuesto por su pintura se ha pasado a que "sea el segundo monumento más visitado de la comunidad, solo por detrás de Altamira".

Otro de sus trabajos más reconocidos son el homenaje a Paco de Lucía, Entre dos universos, para Metro de Madrid, el mural de Madrid Río, el edificio de Tabacalera en Lavapiés o el de Embajadores. "Me gusta pintar edificios gigantes en los que las pinturas permanezcan".

A partir de ahora, su obra se enfrentará a la prueba de fuego de resistir la salinidad del puerto de Cádiz y la potente luz solar de una ciudad rodeada del mar que ejerce de espejo. Okuda pasará a ser la primera imagen de Cádiz para los que lleguen en ferry o crucero, también de los futuros paseantes por el puerto integrado.

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