Pocas palabras en Español reciente más deterioradas por el uso y el abuso que "facha". El vulgarismo coloquial para hablar de los fascistas se ha convertido en un lugar común, un descalificativo tan recurrente que pervierte y oculta el significado primero, real, del término.
Fascista es aquel que promulga o comparte un movimiento político, inicialmente italiano, caracterizado por el rechazo absoluto a la democracia, un nacionalismo extremo equiparable al racismo, sectarismo alrededor de un líder, persecución al discrepante y utilización de la violencia con cualquier oponente.

El nazismo en Alemania (1933-1945), el imperialismo japonés anterior a la II Guerra Mundial o el originario fascio impulsado por Mussolini -llegó al poder político en su país en 1922- son los ejemplos prácticos que más se aplican, aunque hubo reflejos esporádicos en todo el mundo durante el siglo XX.
El comunismo sistemático y estatal, especialmente el estalinismo, comparte tantas de las características que puede ser equiparado sin temor al error.
En España, el franquismo y, de forma paralela, el falangismo son los dos movimientos históricos más equiparables a ese concepto. Triunfante el primero sobre el segundo, tuvieron elementos de coincidencia y también de colisión. En cualquier caso, ambos coincidieron en el tiempo y parte de su postulados, especialmente en la elección de sus enemigos.

Llamar templo del fascismo, o de los fachas, a la que fue sede principal de Falange Española en la ciudad de Cádiz es, por tanto, bastante cercano al rigor histórico.
De forma paradójica, ese edificio, de cierto valor histórico y arquitectónico, con ubicación estratégica en la trama urbana más antigua, puede pasar de símbolo de los fascistas a lugar para recordar a los que fueron sus perseguidos, represaliados e incluso asesinados, especialmente entre los años 1936 y 1946.
Es el proyecto presentado por el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Toni Valero, respecto al Casino Gaditano, la finca de arquitectura neomudéjar (estilo reconocible para el público también en la fachada del Gran Teatro Falla) como lugar de memoria democrática.

El también parlamentario en el Congreso de los Diputados considera que ese pasado como cuartel general de la Falange Española durante la Guerra Civil o el inicio de la posguerra convierte en "fundamental" el proyecto de hacer del inmueble "un centro municipal de memoria de las víctimas".
Antes de ser conocido como actualmente, Casino Gaditano o Casino de Cádiz, el palacete con tres siglos de vida fue casa señorial, inicialmente atribuida al diputado de las Cortes de Cádiz Tomás Isturiz. En su primera etapa y dada su estructura, fue conocida como Casa Otomana.
Las posteriores restauraciones añadieron más elementos arabistas, en arcos y columnas interiores, aunque mezclaron los estilos hasta ser considerada un ejemplo de "pastiche", o mezcla de movimientos arquitectónicos. La configuración isabelina de sus mayores salones es un ejemplo.

Su lugar preponderante en el casco antiguo gaditano lo convirtió en sede de todo tipo de colectivos y movimientos, desde logias masónicas a partidarios del levantamiento de Riego e incluso hasta la constitución del Tenis Club de Cádiz o la refundación de la cofradía de la Buena Muerte.
Llegado el siglo XX, momento al que se refiere la petición de Izquierda Unida, destaca su función como sede de la Falange Española. Con el final de la posguerra, su papel decayó y llegada la Transición apenas era un lugar de encuentro de burgueses gaditanos, al estilo de los "casinos" de toda Andalucía.
Durante la década de los 90 del pasado siglo y hasta la actualidad, fueron numerosos los intentos por dotarlo de actividad social, empresarial e incluso institucional. Mientras fructificaba algo, los gaditanos con más de 50 años lo recuerdan como escenario de los más diversos actos.
Durante las últimas décadas vivió todo tipo de amagos de recuperación de su actividad social, de sede empresarial o institucional a fiestas de fin de año, remedos de ferias, premios, presentaciones y hasta banquetes de boda
Desde encuentros profesionales hasta fiestas de fin de año y presentaciones literarias, remedos de ferias de primavera, eventos y entregas de premios, hasta de celebraciones comunes como banquetes de boda y otras citas familiares.
Los intentos por reflotar su papel de Casino Gaditano, como foro de encuentro para ciudadanos particulares, abundaron y fracasaron en estas últimas décadas. Las recientes campañas para atraer a jóvenes residentes en Cádiz, profesionales o de ideario conservador, para que dieran el relevo a su ancianos socios quedaron en anécdota que nunca arraigaron.
El Ayuntamiento de Cádiz trató de rescatarlo como Centro de Estudios Constitucionales y como sede del Foro de Cádiz con el aval de su esplendida biblioteca, dotada con más de 10.000 volúmenes, incluyendo la colección original del Diario de las Cortes de 1812.

La propiedad del inmueble, ya en este siglo, fue donada al Ayuntamiento de Cádiz, durante 25 años con una reserva de decisión para sus últimos socios. Los contactos para la llegada del Consorcio de la Zona Franca y la creación de un centro de empresas o coworking fueron los últimos amagos de recuperación, dada la avanzada edad media y el menguante número de sus socios.
La realidad es que el histórico Casino Gaditano acumula ya casi una década de graves problemas de mantenimiento, parcial desuso, decadente presente y futuro incierto, con un deterioro creciente en su interior y en las fachadas, cubiertas de forma permanente por andamios y redes de protección.
Del abandono a la reivindicación
Sólo el uso hostelero de su planta baja por parte de un restaurante que explota esa zona del inmueble en régimen de concesión otorga una actividad continua a todo el edificio en la actualidad.
Esa circunstancia, y su pasado histórico reciente como efímera sede fascista, llevan a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cádiz y la Plataforma Carranza Incumple, con el apoyo de Izquierda Unida, a pedir a Junta, Gobierno y Ayuntamiento su "declaración como centro de memoria".

"Lo vamos a solicitar. También deben hacerlo las asociaciones memorialistas. Les vamos a acompañar en esta batalla que tiene que ser ciudadana. Nosotros nos ponemos a su disposición", detalla el parlamentario de Izquierda Unida.
"La memoria histórica es algo que nos proyecta hacia el futuro. Si queremos que sea de convivencia tiene que estar sustentado en los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición", sostiene Valero.
"Recuperar la memoria de quienes sufrieron la represión franquista, pero también de quienes lucharon en la dictadura y durante la transición es motivo de orgullo y de identidad de Andalucía", declara.

"Allá donde gobierna el PP se impone un revisionismo histórico frente a décadas de lucha del movimiento memorialista que habían conseguido que Andalucía estuviese a la vanguardia en políticas de memoria", critica el diputado.
Con el ejemplo del Casino Gaditano como base, Toni Valero reprocha al actual gobierno de la Junta que "lo primero que hizo fue eliminar la Dirección General de Memoria Democrática y crear un comisionado para la concordia, recortando drásticamente las partidas presupuestarias para partidas de memoria".
La reconversión del semiabandonado Casino de Cádiz puede ser, para las asociaciones memorialistas de Cádiz y para la coalición de izquierdas, una buena ocasión para "revertir esa tendencia".