El frente costero de La Caleta ofrece una de las muchas paradojas urbanísticas de la ciudad de Cádiz. Es uno de los más populares, visitados, fotografiados y conocidos. Sin embargo, acoge dos de los mayores edificios históricos (con distintos niveles de protección administrativa) cerrados y abandonados, en ruinas.
Entre Valcárcel y la antigua Escuela de Náutica apenas hay cien metros de distancia, dos pasos. Sólo los milenarios ficus del Mora y dos facultades (Empresariales y Ciencias del Trabajo) separan un desastre del otro.
El primero de los edificios, el antiguo hospicio y centro educativo, construido en el siglo XVII es objeto de un debate constante desde finales del XX.
Una propuesta socialista, desde Diputación que tiene la propiedad, para construir un hotel de lujo y poner fin a su escandaloso cierre fue el principio de una bronca política que ya cumple 25 años sin final conocido por ahora.
El último gran paso llegó en 2017 cuando tras la anterior renuncia de la empresa hotelera, espantada por la burocracia y los retrasos, la Universidad de Cádiz, a través de Eduardo González Mazo, anunció su intención de que la Facultad de Ciencias de la Educación (en el Campus del Río San Pedro) desde hace 30 años, regresara a la ciudad, a La Viña.
Muchos convenios y fotos después, un millar de titulares, entrecomillados y declaraciones más tarde, el atasco sigue intacto. Es más, la Universidad de Cádiz ya no tiene tan claro el regreso.
El rector desde enero de 2024, Casimiro Mantell, repite cada vez que tiene ocasión que la UCA no tiene recursos económicos para afrontar el proyecto, que depende del resto de administraciones (Ayuntamiento, Junta y Diputación). Es decir, todo sigue en punto muerto.
Para agravar el malestar de una parte de la comunidad universitaria, de la ciudadanía de Cádiz, del vecindario de La Viña y la oposición municipal (aunque todos los partidos en el pleno local han participado en 25 años de paralización), llega otro agravante.
Mientras esos colectivos reclaman la confirmación del traslado, la creación de infraestructuras que reactiven el barrio marinero y turístico (también en el colindante Campo de las Balas), aparece otro elemento para el malestar.
La liebre saltaba tras la última reunión de los rectores de universidades andaluzas, a principios de julio, en la que se alertaba de los planes de la Junta de Andalucía para permitir la instalación de nuevas universidades privadas en todas las provincias de la comunidad.
A ese aviso se suma el PSOE local este 21 de julio. Una propuesta al pleno de esta semana, anunciada por el portavoz Óscar Torres, pretende alertar del riesgo de que la vecina Escuela de Náutica sea sede de una de esas nuevas universidades de pago.
El alcalde de Cádiz, Bruno García, en declaraciones públicas tras un acto este miércoles se preguntaba "de dónde sale" la alerta de los socialistas y aseguraba que nunca ha existido una conversación ni un proyecto "con nadie para hablarnos de universidad privada".
Bruno García: "Me pregunto de dónde sale eso. Nunca ha existido una conversación ni un proyecto. No queremos una universidad privada en Náutica"
Eso sí, el regidor gaditano deja un resquicio a la duda: "El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) contempla el uso dotacional de la Escuela de Náutica y se puede hacer, pero ni nadie lo está planteando, ni es el espíritu del Ayuntamiento. No queremos una universidad privada" en un edificio, protegido como parte del catálogo del movimiento DocoMomo, que la Junta de Andalucía prevé sacar a subasta antes de que comience 2025.
Para Óscar Torres, divulgador del aviso, estas palabras no suponen tranquilidad. Al contrario, agravan los temores. Cree que el alcalde "confirma que, como habíamos advertido, es probable que la Escuela de Náutica termine como una universidad privada".
Más que la resolución de las incógnitas, que siempre parece lejana y compleja en el debate Valcárcel-Náutica, el próximo episodio llega con el inminente pleno del mes de julio en el Ayuntamiento de Cádiz.
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