La tensión entre usuarios de terrazas o bares y vecinos de las calles en las que están ubicadas ni es nueva. Fueron muy frecuentes en los años 80 y 90. Ni está localizada exclusivamente en zonas costeras como Conil o Tarifa. Apareció y aparece en todas las ciudades y pueblos en algún momento.
Uno de los puntos esenciales de la vida turística de la ciudad de Cádiz, La Viña, ha registrado un episodio que muestra la creciente tensión entre visitantes o usuarios de estos negocios y residentes de su calle más popular.
El incidente, que ha tenido varios precedentes más leves este mismo verano, se produjo en la calle de La Palma en la madrugada de este miércoles 2 de agosto.
Cuatro testigos presenciales vieron cómo varios vecinos lanzaban cubos de agua sobre los grupos que ocupaban las mesas de un local de copas llamado Talento.
El establecimiento, por sus características, tiene un horario más amplio que el resto de negocios de la zona, dedicados a servir comida. Pese a esa salvedad, el bar Talento en el que se produjo el enfrentamiento estaba en ese momento dentro de su horario legal de apertura.
La discusión se registró alrededor de las 01.30 horas y la Junta de Andalucía fija el límite de apertura para este tipo de locales hasta las 2 de la madrugada, con posibilidad de extenderse hasta las 03.30 horas según ubicación y temporada.
A pesar de cumplir con la normativa horaria, las conversaciones de los clientes -unos 30 en el momento de la disputa verbal- resultaban molestas a los vecinos de los edificios colindantes.
Ese malestar de los residentes, además del lanzamiento de agua, provocó discusiones e insultos a voces entre, al menos, tres domicilios ubicados sobre las terrazas y los clientes afectados, que les recriminaron su actitud.
Los vecinos que protagonizaron el incidente, desde tres viviendas distintas, a gritos, devolvieron las descalificaciones y dijeron estar "hartos de no poder dormir".
Alternativas al 'botellódromo'
Unas horas después de este incidente, el alcalde de Cádiz, Bruno García de León, admitió en un acto en el Teatro Falla que ya hay reuniones para buscar alternativas a las molestias que puede provocar el ocio nocturno, el de las copas de madrugada.
Realizó estas declaraciones en relación a la transformación de la Punta de San Felipe, que supondrá el cierre del botellódromo y puede desplazar a otros puntos de la ciudad a los jóvenes que se concentraban a beber.
Este recinto -que ahora pasará a ser beach club de uso diurno- fue creado en 2005 para evitar las concentraciones molestas de madrugada en distintos puntos de la ciudad como La Laguna, Plaza de España y barrio de San Carlos o las plazas de Mina y San Francisco.
Preguntado por la posibilidad de que el las molestias a los residentes reaparezcan, El alcalde aseguró que la idea de su equipo de Gobierno es buscar otro espacio disuasorio: "Estamos trabajando en distintas alternativas, aunque siempre teniendo siempre en cuenta a los vecinos”. Habrá que contar con los de la calle Virgen de la Palma, en La Viña, también.
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