Cuatro agrupaciones coinciden en la octava sesión de preliminares del COAC, donde la mayor parte de sus componentes son féminas, siendo una muestra evidente de la evolución de la fiesta.
Cuando la tarde caía en la hoja número 16 del primer mes del año 2018, segundo d.N. (después de las Ninfas), el Falla mostró una sonrisa pícara y canalla. El sorteo había sido caprichoso, como todas las casualidades, estando marcada la sesión como una función para la historia. Se podría pensar que la casuística colocó la bola de cuatro agrupaciones donde la mayor parte de sus integrantes son mujeres. Una casualidad tiene como base el azar y las circunstancias similares, pero lo de ayer no fue casualidad. Y no lo fue porque destacar la presencia de mujeres en las agrupaciones es “no querer ver la realidad”. Y no lo fue porque lo que sí se debe entender como destacable es “la calidad”.
Por los pasillos del centenario teatro revoloteaban nerviosas las integrantes del coro que tiene la firma de Luis Rivero. Afinaban, templaban nervios, buscaban la sonrisa cómplice de la compañera, ansiaban poder estar ya en el escenario. Hacían lo mismo que ellos, básicamente. El coro Vive, sueña, canta se estrenaba para comenzar la defensa del primer premio conseguido el año pasado, siendo uno de los coros con presencia femenina, más allá de la orquesta. La artista Milián Oneto, el pasado año primer premio en comparsa, narraba en una entrevista para la lavozdelsur.es que pensaba en el coro como “la única posibilidad que tenía para salir en Carnaval”. Algo que comprobó que no era así. Aunque no es la única, puesto que desde los años 80 —con la autora Adela del Moral— la presencia masiva de componentes femeninas solo se daba en la modalidad del tango. Carmen Rivero, componente del coro, mostraba su ilusión por volver a lo que considera su segunda casa, pero este año de una manera distinta. Y es que ella sí hacía algo que no podían hacer ellos, cantar mientras alimentaba a un componente más en su propio vientre.
La chirigota sigue siendo la modalidad donde menos presencia de mujeres cuenta… en el Concurso, puesto que en la calle es otro cantar. En el cuarteto, rara vez se ha dado el caso, salvo con Las malas malas que te cagas de hace diez años. Sin embargo, la pasión que levanta las comparsas no puede pasar desapercibida por el género femenino. Así, es habitual desde hace años ver agrupaciones con sello femíneo, no siendo así hasta los años 80, cuando Las favoritas del Sultán pisaron las tablas estando llamadas a ser las pioneras. Como curiosidad, todas las componentes eran mujeres.
La chirigota sigue siendo la modalidad donde hay menos presencia de mujeres y en el cuarteto rara vez se ha dado el caso
Y de esa agrupación hasta la actualidad ha llovido, tanto como para que tres generaciones coincidieran ayer en el mismo teatro. Antonia Domínguez, directora de aquellas favoritas, Carmen Jódar, autora —sentadas en butacas junto a Rocío Guerrero Jódar, pregonera del Carnaval de Barbate— y Laura Gil Jódar, componente de La novia del viento. Abuela, tía y sobrina presentes en el estreno de ésta en el Falla. Si bien las dos primeras tuvieron que romper estereotipos y aguantar las críticas y mofas del supremacismo, la tercera puede empezar a hacer Carnaval con la naturalidad que requieren los tiempos. Empezar, puesto que las propias letras que se cantan y que coincidieron ayer, sostienen la necesidad de seguir buscando una situación igualitaria en el mundo carnavalesco.
La comparsa de Juanma Romero Bey dejó buena muestra de ello. Si bien la línea de las comparsas actuales donde la mayoría de componentes son del género femenino, buscan el equilibrio entre las voces femeninas y las masculinas —adaptando éstas últimas a los tonos de las mujeres—, la comparsa que dirige Carmen Jiménez se centra en la voz femenina. Aunque bien es cierto que el apoyo logístico instrumental sigue siendo de los chicos, así como algún que otro coreado.
Esto no ha sucedido siempre, de hecho, la comparsa La Inoportuna de Sevilla, que también participó sobre las tablas en la octava sesión de clasificatorias, llevaba hace años una comparsa formada íntegramente por mujeres. Cabe destacar que esta comparsa sevillana es la única que cuenta con autoras en la modalidad de adultos, con María Muñoz —más conocida como Arancha— y Cristina Calle —las comadres—. Interpretaron un pasodoble que busca repeler todo indicio de paternalismo en el Carnaval, una tarea ardua que empieza con la denuncia de las propias componentes del lenguaje machista para referirse a su comparsa. Todo un alegato a la lucha feminista, con música y rima. Incluso dejaban claro que el tipo eran musas, “pero no como un mero elemento donde buscar la inspiración, sino musas creadoras, capaces de todo con sus propias manos”, en palabras de su directora. Hasta el pasado año, de esta comparsa formaba parte Alba González, que se hizo más conocido por ser la bombista de la chirigota del Bizcocho y por el pasodoble que le cantaron en el Falla. Y en bambalinas se encontraba para acompañar a sus compañeras.
Cuatro agrupaciones fueron las que en la octava sesión del Concurso de Agrupaciones mostraron el lado femenino de la fiesta, siendo algo que recordar en la historia del Carnaval de Cádiz por tan alta presencia de componentes femeninas. Algo que, después de los últimos años, de la presencia en finales en diferentes modalidades, de los premios conseguidos, de la calidad demostrada y de lo que se está viviendo en la cantera, no hay que llamarlo casualidad, sino una evolución de la sociedad que se ve reflejada en la fiesta de Cádiz, cuna de la libertad. Han pasado y seguirán pasando más agrupaciones en este COAC, pero algún día, quizás, una abuela le cuente a sus nietas "la noche que la mujer tomó el Falla".
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