Ruth Ortiz, madre de Ruth y José, los pequeños asesinados por su padre, José Bretón, en el año 2011, ha logrado suspender de manera temporal el lanzamiento de El odio, el libro que recoge la cruel confesión de cómo el parricida mató a sus hijos.
Tras la denuncia presentada por Ruth ante la Audiencia Provincial para que la publicación de Luisgé Martín no viera la luz el próximo 26 de marzo, la editorial Anagrama ha decidido, por el momento, suspender la llegada a librerías del libro.
Posibles delitos de vulneración de derechos
Los representantes legales de Ortiz trasladaron el escrito presentado ante la Audiencia Provincial al Servicio de Atención a Víctimas de Andalucía (SAVA) y han solicitado el traslado a la Fiscalía ante posibles delitos y vulneración de derechos como el honor y la intimidad de las víctimas de este brutal crimen que conmocionó a la sociedad española.
Ruth también había anunciado su intención de presentar alegaciones contra Anagrama si seguía adelante con su intención de publicar el libro. "Hemos suspendido el lanzamiento esperando lo que nos digan nuestros abogados", ha comentado fuentes de la referida editorial.
El autor del libro, que lo ha escrito tras intercambiar cartas con el parricida de Ruth y José, con el que incluso ha mantenido algunas conversaciones telefónicas, no se ha pronunciado todavía sobre la suspensión del lanzamiento de su obra.
Denunció la desaparición de los menores en un parque
Bretón asesinó a sus hijos el 8 de octubre de 2011. El parricida trató de ocultar su crimen denunciando la desaparición de los menores en un parque de la capital cordobesa. Sin embargo, las investigaciones revelaron que los había llevado a la finca de su familia, donde acabó con sus vidas y posteriormente incineró los cuerpos en una hoguera de grandes dimensiones. Durante meses, el acusado sostuvo su versión de los hechos, pero pruebas periciales determinaron la presencia de restos óseos infantiles en la zona, desmontando su coartada.
La sentencia lo condenó a prisión permanente revisable por un crimen que se convirtió en símbolo del horror de la instrumentalización de los hijos para infligir daño a la pareja.