Las procesiones de Semana Santa suelen dejar cada año un sinfín de anécdotas y momentos inesperados que acaban convirtiéndose en virales. En esta ocasión, las miradas se han centrado en Guadix (Granada), donde la imagen de un nazareno portando un datáfono ha recorrido las redes sociales con rapidez. El vídeo, difundido a través de plataformas como TikTok e Instagram, supera ya las 40.000 interacciones y ha generado un amplio debate entre los usuarios.
El protagonista del vídeo es un nazareno que pertenece a la Hermandad de la Borriquilla, que realizó su estación de penitencia el pasado Domingo de Ramos por las calles del casco histórico accitano. El recorrido incluyó enclaves tradicionales como Puerta Alta, la cuesta del Cristo de la Luz, la plaza de la Catedral y la calle Concepción. En mitad del desfile, el gesto del penitente, sosteniendo el terminal electrónico, captó la atención del público y, sobre todo, de las cámaras de los teléfonos móviles.
Reacciones encontradas y debate en redes sociales
Desde la hermandad no se ha comentado nada sobre esta escena, pero la misma ha provocado un debate que trasciende lo anecdótico: la incorporación de tecnología moderna en las procesiones. Para algunos, se trata de una estrategia válida para fomentar las donaciones, especialmente en un contexto en el que el dinero en efectivo es cada vez menos frecuente. Para otros, sin embargo, el gesto resulta inapropiado y rompe con la solemnidad del acto. "La Semana Santa, otro negocio", "soy de Guadix, lo he visto en la calle y he alucinado" o "soy hermano y no, no es por las estampas, es para los donativos que se podían hacer mediante dinero o pagando por el datáfono", son algunos de los mensajes en redes.
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La utilización del datáfono busca facilitar la colaboración económica de los asistentes, permitiendo realizar donativos sin necesidad de llevar monedas o billetes. Esta fórmula, ya aplicada en otros contextos religiosos y culturales, sorprende por su aparición en una procesión, donde la simbología y el recogimiento suelen dominar el ambiente.
Este tipo de situaciones, cada vez más frecuentes, revelan cómo las hermandades tratan de adaptarse a nuevas formas de comunicación y de relación con los fieles. Mientras algunas cofradías exploran nuevas vías de financiación, otras siguen apostando por métodos tradicionales con donativos físicos en mano.