El Miércoles de Corpus Christi marca uno de los días más esperados en Granada, especialmente por los más pequeños. Aunque la jornada ha comenzado como un día lectivo, a las 12.00 horas se han interrumpido las clases, y la ciudad se ha rendido al espectáculo de la Tarasca, una de las tradiciones más icónicas del Corpus.
Desde primeras horas de la mañana, la Plaza del Carmen se ha llenado de granadinos y visitantes que han querido ver de cerca a la figura femenina que desfila a lomos de un dragón, marcando tendencia cada año con su peinado y vestuario, este año a manos del diseñador granadino Iván Martín. La comitiva ha partido del Ayuntamiento y ha recorrido el centro con charangas, fanfarrias, gigantes y cabezudos.
La Tarasca, que fusiona lo religioso y lo pagano, tiene su origen en la leyenda francesa de Santa Marta y la bestia del Tarascón, un dragón que la santa logró calmar con una cruz y una cinta. Tras su muerte a manos del pueblo, la criatura fue símbolo de redención, y su imagen dio pie a desfiles por toda Europa.
Del mito medieval a icono de moda
En Granada, la tradición de la Tarasca se remonta a la Reconquista y ha evolucionado desde entonces. En siglos pasados, la figura desfilaba incluso con ‘diablillos’ o ‘enanos’, germen de los actuales cabezudos. Pero con el tiempo, se fue transformando en un símbolo de la moda femenina local.
Hoy en día, el vestido y peinado de la Tarasca son un secreto guardado hasta la mañana del desfile, y es habitual que diseñadores granadinos sean los encargados de vestirla, convirtiendo la tradición en una pasarela popular al aire libre que marca tendencia cada verano.
El desfile es también una exhibición de patrimonio y memoria local. Junto a la Tarasca, desfilan insignias oficiales del Ayuntamiento, reforzando el vínculo entre historia, identidad y celebración.
Gigantes, sátira y risas entre la multitud
Los Gigantes representan a personajes históricos como los Reyes Católicos y se mueven al son de la música, girando entre la multitud con majestuosidad. Su presencia simboliza la fusión entre lo festivo y lo religioso, y son una atracción imponente para adultos y niños.

Pero los que se roban el corazón del público son los Cabezudos. Con enormes cabezas de cartón piedra, caricaturizan a políticos y figuras populares, persiguiendo entre risas a los niños con vejigas infladas y globos. Representan el lado más satírico y divertido de la fiesta.
También está la "malafollá" granadina
Este desfile es mucho más que una tradición: es un reflejo de la historia, la creatividad y el espíritu festivo granadino, donde la moda, el mito y el juego se dan la mano en uno de los días más vibrantes del año. El granadino Iván Martín, alma creativa de la firma IVNMARTIN, firma este año un diseño que combina "tradición, teatralidad y artesanía en una oda a la riqueza estética y emocional de Granada". Y luego está la 'malafollá' granadina, que ha resumido con un "aunque la mona se vista de seda...".
"La inspiración nace de un profundo agradecimiento a nuestra ciudad y, muy especialmente, al Generalife, por lo que hemos querido reflejar la poesía de sus fuentes, la exuberancia de su vegetación y el cromatismo de sus atardeceres", ha explicado el diseñador.