En el corazón de la Alpujarra de Granada, rodeado de montañas y naturaleza, se encuentra un municipio que no pasa desapercibido desde la pandemia. Fue en esta etapa en la que la población se redujo cuando surgió la idea de darle vida a sus calles y plazas. Así, Alpujarra de la Sierra se ha convertido en "el pueblo libro", un lugar muy especial para quienes buscan dar un paseo diferente.
En sus rincones se respira literatura. Este municipio rinde homenaje al mundo de las letras con un recorrido mágico en el que es posible contemplar murales con personajes reconocibles como El Principito, Harry Potter, la Reina de Corazones, Mery Poppins o Alicia, de Alicia en el País de las Maravillas.
Sus bancos, facharas y macetas están decoradas con referencias a las obras de Cervantes, Shakespeare y Hemingway que se mezclan con el dragón Norberto o Lorca. En este pueblo se rinde homenaje a la literatura y pasear por su entramado urbano es todo una delicia para quienes disfrutan perdiéndose entre las páginas de un libro.
Las historias y los personajes que adornan el pueblo, como si sus rincones fuesen lienzos, son un reclamo turístico. Muchas personas ya han querido recorrerlo para hacerse fotos con los bancos y los murales que le aportan un encanto especial.
Sus paradas más emblemáticas son un mural dedicado al clásico español Don Quijote, una placita de Lorca, el Castaño con Los Gnomos y una fuente de El Principito.
Además de la estética del municipio, otros de sus atractivos son las rutas teatralizadas que organizan los propios vecinos y vecinas del pueblo. Durante los paseos, los actores se encuentran con los personajes de las historias y dan a conocer todos los rincones decorados de Alpujarra de la Sierra.
Gracias a la gran afluencia de visitas en los últimos años, el pueblo tiene previsto instalar placas en cada personaje u obra con un código QR con el objetivo de divulgar la literatura.
La gastronomía, otro de sus atractivos
Pasear por este pueblo es un gran plan, pero no todo va a ser caminar. En sus entrañas hay tabernas y bares donde poder probar los platos típicos para reponer fuerzas. Los jamones y embutidos son su punto fuerte. Además, es posible probar olla de hinojos, las gachas de ajo quemao y las gachas de caldo colorao, el guisaillo matancero, el potaje de castañas o los buñuelos. En este pueblo también es común comer dulces de la repostería morisca.