Los incendios alertan a la población en esta temporada estival marcada por las altas temperaturas. Puerto Real ha ardido y Bonares ya sufrió otro incendio en su paraje natural. Para prevenir estas actuaciones un equipo de la Universidad de Huelva adscrito al Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3) propone un remedio que busca reducirlas.
Los investigadores han desarrollado pellets de biomasa residual de pino para prevenir incendios e incrementar la rentabilidad de este material vegetal. Se trata del primer estudio que analiza las características físicas y químicas de los residuos del pino piñonero para producir un biocombustible sólido que se emplea para generar calor en calderas y estufas.
Según explica la Universidad en una nota, aunque ya se producían pellets de distintas especies arbóreas, la propuesta de los investigadores evalúa por primera vez la densidad, el contenido de humedad, el poder calorífico y la resistencia mecánica de la biomasa residual de pino piñonero (Pinus pinea L.). Con estos datos, concluyen que el producto final posee un gran potencial energético en relación a su tamaño, es eficaz en la combustión, emite un volumen muy bajo de gases contaminantes en comparación a los combustibles fósiles y su producción es sostenible.
El equipo ha cogido los residuos de las limpiezas forestales para triturarlos y convertirlos en virutas usando la biomasa residual del piso. Así, proponen una solución para el elevado coste de las podas en los bosques andaluces.
Así, el desarrollo de estos pellets implica dos ventajas: una medioambiental y otra económica. En primer lugar, la recogida de biomasa de los bosques y montes ayuda a prevenir incendios forestales, ya que se reduce el material potencialmente combustible. Por otro lado, la obtención y venta de pellets de pino piñonero podría costear hasta un 80% de los gastos de producción y transporte de la biomasa. “Sólo en los pinares de Huelva se podría obtener de forma sostenible casi 1000 kilogramos de biomasa forestal por hectárea al año. Con 3 hectáreas, se podrían cubrir las necesidades energéticas de un hogar durante un año”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Huelva, Manuel Fernández.