José Cobo Cano (Sabiote, Jaén, 1965) nació en un pequeño pueblecito de apenas 3.000 habitantes en el corazón de la provincia de Jaén. Cumplirá 60 años en el próximo mes de septiembre y desde 2023 es cardenal, nombrado por el Papa Francisco. A su muerte, será uno de los cardenales electores que se sentarán este mes de mayo en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo pontífice. Y es, por tanto, a todos los efectos, papable. Cobo Cano es el único andaluz que se reunirá y encerrará en espera de esa fumata blanca. Una persona actualmente desconocida por ser un recién llegado a las más altas instancias de la Iglesia española, tras ser nombrado Arzobispo de Madrid.
Cobo Cano nació en Sabiote, muy cerquita de Úbeda, y en un nombramiento como hijo predilecto el pasado mes de julio, explicaba su relación con su pueblo. "Es un poco raro oír aquí lo de eminentísimo, reverendísimo... muchos me dicen '¿cómo te llamo?'. Pues José, como siempre. Y todavía hay alguno que llama Joselito".
Licenciado en derecho, es también vicepresidente de la Conferencia Episcopal. Al Arzobispado llegaba tras ser obispo auxiliar de Madrid entre 2018 y 2023, ascendiendo a máxima autoridad en ese año. Simbólicamente, también fue esos años obispo titular de Baeza, es decir, en su provincia, un cargo sin ejercicio al decaer esa Diócesis.
Pero desde esas 'lejanas' tierras de Madrid, Cobo Cano ha seguido muy vinculado al pueblo a través de su familia. Porque las noticias vuelan, decía. "Siempre, siempre habéis estado cerca, con afecto, con toque de campanas, con viajes a Madrid, con derroche de cariño, por ser amigo, paisano y por ser de Sabiote, que eso marca. Nunca me lo habían recordado tanto, que era de Sabiote, como ahora. Quizá lo he aprendido de repente, y es lo importante que es de dónde venimos, cuando hay gente detrás que lo propaga y lo abraza". Así lo contaba en Diez TV, canal de Úbeda que retransmitió el acto.
Le habló de Sabiote al Papa
Cada muerte, cada casamiento, le sigue llegando a través de sus padres, primos, familia, que sigue viviendo en Sabiote. "Mis recuerdos son de un Sabiote desde mi calle. La luz de abril sobre los tejados y el blanco de las casas que se encalaban cada primavera. Los paseos con mi padre, viendo aún los trabajos en las eras, cuando ya los tractores empezaban a entrar en el pueblo o cuando se marchaban a la aceituna. Y las misas de domingo con mis padres. Y las despedidas de los que empezaban a marchar, amigos y familiares que se iban a Barcelona o a Madrid. Recuerdo mi casa y los amigos de mi calle, y las algarabías de las matanzas, las procesiones y los encuentros en el paseo".
Aunque "hoy Madrid también es mi casa", adonde fue a parar él mismo fruto de la migración, "siempre con la sombra de Sabiote" y "los veranos y las Semanas Santas con mis amigos y mis primos, las que liábamos en casa de mis abuelos, bajo la paciencia y complicidad de mi tía Josefa". Una familia "de la Hermandad del Santo Entierro", comiendo "hornazos en casa de mi abuela Antonia al calor de la lumbre de la casa, oliendo a pan tostado con ajo y aceite desde por la mañana".
Es decir, que el arzobispo Cobo Cano ha seguido muy vinculado a Jaén estos años, donde esta el recuerdo feliz de la infancia y de las visitas ya de adulto. "Aquí hice mi Primera Comunión y aquí fui bautizado. Eso puede parecer una nimiedad, pero para un cristiano es un sello fundamental". "Ahora Madrid es mi casa y la tarea que la Iglesia me ha encomendado", decía tras ser nombrado arzobispo.
Esa relación se fundamenta en la conversación que tuvo con Francisco cuando le nombró cardenal. "Cuando el Papa me dijo: 'Pensé que eras de Madrid", le dije "santidad, soy de Madrid pero vengo de Sabiote". No digo vengo de Sabiote como quien se escapa para olvidar o como pasa las maletas por una estación. Digo vengo de Sabiote para dejarme configurar por las personas que me habéis acompañado. Venir de Sabiote es tener raíces, tener aquí a la gente que se quiere, recordar a los míos que están aquí enterrados y dejar que la historia, sí, la historia nos configure. A menudo tenemos una especie de Alzheimer cultural". Porque "en nuestras calles y olivares he sentido la presencia de Dios en cada rincón".
Cobo Cano es oficialmente papable por aquello de sentarse en el cónclave. No está entre los favoritos. Es muy joven, es aún desconocido, sería una sorpresa histórica. Pero es un andaluz hijo de la migración que se mantiene vinculadísimo a su tierra de origen.