En 2020, Dionisio Álvarez decidió hacer caso a su corazón y dedicarse a su verdadera pasión, el dibujo y el diseño gráfico. Este jerezano de 37 años había estudiado para administrativo porque "quería hacer Bellas Artes pero me decían que eso no valía para nada y no tenía salida". Sin embargo, harto de trabajar en algo que no le llenaba, decidió dar el paso y abrir un nuevo negocio en Jerez. "Trabajar de algo que no te gusta es horrible. Hoy en día noto la diferencia de dónde estaba antes en relación con lo que hago ahora. Cada uno tiene que hacer lo que quiere", afirma.
En julio, en plena pandemia, abrió la página web de Mokomoko —que significa lagarto en maorí— y comenzó a trabajar los primeros diseños. "Aunque ya tenía la idea de antes mi pareja me animó y decidí comenzar en serio", asegura. Además, reconoce que "aunque cuando pensaba cómo quería que fuera mi propio negocio no me imaginaba lo que pasaría con el covid-19, al tener ya la idea de que iba a trabajar desde mi casa mis planes no se vieron muy trastocados".
En agosto de 2021, Dionisio consiguió hacerse con un local en la plaza Benamahoma, en la populosa barriada de La Granja, y comenzó a atender al público en persona. "Desde el primer momento he tenido una buena afluencia de gente, están respondiendo y me siento muy contento porque se ve que les gusta lo que hago", explica. Y es que muchos de sus clientes suelen repetir y recomiendan sus servicios a familiares y conocidos. "Será el boca a boca o tener un sitio físico donde ver lo que hago, pero si antes tenía una buena cantidad de clientes ahora ha crecido un montón. Mentiría si dijera que me estoy haciendo de oro pero me va muy bien", cuenta.
De igual manera, reconoce que "las redes sociales son clave para llegar a mi nicho de mercado. La web y Facebook están bien, pero Instagram es una mina". Y es que gran parte de su clientela son personas jóvenes que suelen manejarse con soltura a través de estas plataformas. No obstante, desea subrayar que "también vienen muchas señoras mayores para hacerme pedidos para sus nietos". En cualquier caso su cllientela es muy variada y se está mostrando fiel, algo que le agrada mucho. "Ver por la calle a gente que lleva una camiseta que he hecho yo es un orgullo", insiste.
Aunque desde el primer momento ha tenido un volumen elevado de pedidos, el mes de julio no ha sido tan exitoso como esperaba. "Para el año que viene ya sé cuándo me tengo que coger dos semanitas de vacaciones", bromea. De todas formas, es consciente de que la época de mayor ajetreo está por venir. "El año pasado en Navidad no paraba un momento. Llegaba a la tienda a las 10.00 horas y a las 22.00 horas todavía seguía aquí. Menos mal que los vecinos son un amor y me bajaban bocadillos y bebida, pero es que aún así llegaba a mi casa y estaba hasta las 4.00 horas ultimando pedidos. No daba abasto", recuerda.
Como es el único trabajador del negocio, la carga de pedidos llegó a ser tan grande que "los últimos que me fueron llegando los tuve que rechazar. Es una pena porque perdí dinero y clientes potenciales, pero ya no daba para más". Aún así sacó un aprendizaje de esta situación y de cara a su segunda época navideña al frente de la tienda avisa que "próximamente anunciaré que se abre el período de pedidos para regalos de Navidad. Espero que no se acumulen todos para última hora".
Sobre su trabajo en Mokomoko, aunque su principal desempeño tiene que ver con los dibujos de temática friki también se aventura con otros estilos como los más realistas. "Yo hago lo que me piden. A veces me piden cosas muy extrañas y otras simplemente tengo que plasmar la realidad en un dibujo", dice. También remarca que "mi cabeza no para. Este trabajo requiere mucha imaginación y estoy todo el día planificando cómo puede quedar lo que me piden los clientes".
Este emprendedor local tiene claro que "hay muchas tiendas de este estilo pero yo intento destacar a través de los diseños personalizados. Lo que una persona vaya a recibir de mi parte va a ser único, no lo va a llevar nadie más". Así, intenta darle un giro a todo lo que le piden. Por ejemplo, en su página web tiene una galería de imágenes titulada 'Princesas guerreras', en las que representa a las princesas Disney saliéndose del papel habitual que se les da en estas producciones. ¿Por qué tienen que ser tan ñoñas? Yo quiero que sean independientes y fuertes, por eso he dibujado a la Bella Durmiente con un abrigo que se ha hecho con Bestia", comenta. Para realizar la impresión utiliza el sistema DTG o de impresión directa en prenda, mediante el cual añaden la imagen a través de una pegatina. Además, las camisetas que usa son de alta calidad, hechas 100% de algodón.
Incontables son las series, películas y libros que ha representado: El Principito, Pesadilla antes de Navidad, One Piece, Sakura... aunque para él su favorita es Dragon Ball. "Yo crecí con Goku y compañía, me encanta y siempre intento realizar mis diseños con personajes de esta serie", dice. Pero, aunque su clientela suele estar familiarizada con el mundo del Anime hay algo que le piden aún más. "La gente está enamorada de sus mascotas, no os podéis hacer una idea de la cantidad de dibujos que hago de perros, gatos y demás". Sus trabajos cuestan entre 12 y 15 euros, pero puede aumentar hasta 5 más si requiere mayor personalización. "Al final mi trabajo es constante y hay que pagarlo. Yo no le saco un beneficio enorme a las prendas pero creo que es un precio justo", indica.
Su buen trabajo le ha llevado, también, a colaborar con varios negocios de toda la provincia a los que ha diseñado sus camisetas corporativas y los logos como la Escuela de danza Soul for Dance, el Dance Studio Cactus, el centro Alma Yoga e incluso varios chiringuitos como el Bee Free de Costa Ballena. De cara a la vuelta al cole, tiene intención de enviar correos a los colegios para que también puedan recurrir a sus servicios y lo mismo plantea para Semana Santa.
Actualmente, Dionisio hace camisetas sudaderas, talegas y bolsas de tela pero quiere ampliar su oferta y hacer chapas, tazas y botellas, para lo que necesitará nuevo equipamiento. También desea explorar las promociones para fidelizar clientes, ya que sus primeras experiencias han sido positivas. "La gente se vuelca y al final te comparten y llegas a más gente, es un camino interesante a seguir de modo que quiero hacer más cosas, la próxima para halloween", anuncia.
En cualquier caso, este jerezano tiene claro que "no puedo correr más de lo que debo. Ahora mismo estoy empezando como quien dice, el negocio va bien pero hay cositas que mejorar y a partir de ahí iremos viendo qué posibilidades de crecimiento tengo".