Cada vez son más las voces que alertan de la situación "límite" que se vive en distintos aeropuertos del país, entre ellos el de Jerez, por la falta de controladores aéreos.
Primero fue CCOO quien dijo que hay 9 controladores aéreos en La Parra, cuando la cifra óptima es 14, lo que puede derivar en que "si alguno enferma peligraría el servicio", sostiene Patricio Pérez, secretario general del sindicato en la ciudad, en declaraciones a lavozdelsur.es.
CCOO, incluso, no descarta movilizaciones, para pedir soluciones inmediatas que eviten el cierre del que es el único aeropuerto de la provincia de Cádiz. "Hay interés en que no funcione", dice sin tapujos Pérez, a este periódico.
Se critica que haya falta de diálogo entre AENA y Saerco, la empresa que tiene adjudicado el control del tráfico aéreo en los aeropuertos de Jerez, Sevilla Cuatro Vientos, Vigo, A Coruña, La Palma, Lanzarote y Fuerteventura.
Este viernes, la alcaldesa jerezana, María José García-Pelayo, se ha reunido con AENA para atraer nuevas compañías aéreas al Aeropuerto de Jerez —en breve se marchará Ryanair—, y para mejorar conexiones con otros puntos del país y con Europa.
El sindicato USCA (Unión Sindical de Controladores Aéreos) también se posiciona sobre la situación de estos profesionales, y critica la "incompetencia" de Saerco y la "negligencia" de AENA, que está llevando a estos centros a una situación “límite”.
Después de años de negociaciones infructuosas, bloqueadas sistemáticamente por la posición inflexible de Saerco, los sindicatos USCA y CCOO accedieron a un arbitraje externo como vía para resolver el conflicto laboral que desembocó en una huelga de 17 meses. La resolución fue un laudo de obligado cumplimiento, emitido por un árbitro escogido por la propia empresa.
Sin embargo, inciden desde USCA, Saerco optó por impugnar judicialmente el laudo, al tiempo que convocó a los sindicatos a una ronda de consultas para imponer una Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo (MSCT).
El empeoramiento de las condiciones laborales en las torres privatizadas está provocando un efecto dominó: los controladores más experimentados abandonan sus puestos para incorporarse a otros proveedores, mientras que los recién llegados carecen de la experiencia necesaria. Esta dinámica, advierte USCA, repercute directamente en la calidad del servicio y podría tener consecuencias en la seguridad aérea.
Para el sindicato, el problema de fondo radica en el enfoque puramente económico de AENA, que en 2024 registró beneficios récords de 1.934,2 millones de euros. Según denuncia USCA, la compañía acepta licitaciones con condiciones “leoninas” sin tener en cuenta el impacto en la calidad del servicio, lo que ha llevado a una "progresiva devaluación" del control aéreo en las torres liberalizadas.
USCA aboga por revertir la situación de estas torres, de forma que todas las dependencias de control aéreo de España vuelvan a ser de titularidad pública, tal y como ya ha sucedido en otros países. Es el caso, por ejemplo, de la torre del aeropuerto londinense de Gatwick, en el que también quedó en evidencia el fiasco de la privatización, por lo que vuelve a estar en manos de NATS, una empresa participada por el Estado.
