El monasterio de la Cartuja, menos de cuatro meses después de la marcha de las hermanas de Belén, que lo habían habitado durante dos décadas, inicia una nueva etapa. Una de apertura, con la llegada de turistas. Y también abierta a la celebración de otras actividades que ayuden a sufragar el costoso mantenimiento del monumento.
La Cartuja de Santa María de la Defensión, situada en las afueras de Jerez, ha presentado este miércoles el proyecto de visitas que comenzará a recibir por primera vez en su historia a partir de septiembre.
Cuando cumple 550 años de historia, después de la prolongada estancia de los monjes cartujos, hasta 2001, cuando los sucedieron las hermanas de Belén —que se marcharon el pasado mes de marzo—, la Cartuja se muestra al público por primera vez. Y no es el único proyecto novedoso en el que trabaja la Diócesis.
Con las visitas guiadas a la Cartuja que comenzarán en septiembre, el monasterio permitirá el acceso a espacios no visitables hasta ahora, por ser de clausura. "Quienes se acerquen a la Cartuja podrán disfrutar de la experiencia de paz y silencio que han caracterizado siempre a este emblemático lugar", señala la Diócesis.
La Diócesis de Asidonia-Jerez abre las puertas de este patrimonio histórico para ofrecer a todos los interesados la oportunidad de conocer su rica historia y su variado patrimonio artístico. A lo largo del próximo curso, en una fecha exacta por determinar, se iniciarán las visitas guiadas de martes a domingos, en dos horarios de mañana y dos por la tarde. Las entradas, así como más detalles sobre los horarios y precios, estarán disponibles en la web cartujadejerez.es o en la app oficial.
En el conjunto monumental, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), se trabaja sobre tres pilares: la conservación —con un mantenimiento ordinario que busca consolidar el monumento—, la seguridad —con la instalación de un sistema de cámaras de vigilancia— y el culto —para que siga siendo "un oasis de espiritualidad"—.
En septiembre llegarán también las Hermanas Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo, una congregación fundada en Brasil hace 40 años por Madre María José del Espíritu Santo. Este instituto religioso femenino será la encargada de la pastoral y la liturgia del monasterio. En un primer momento, serán cuatro las monjas que residan en el monasterio.
Además de abrir sus puertas a los visitantes, la Diócesis trabaja para la puesta en valor de otros usos del monasterio, como servicio de hospedería para aquellos visitantes que "respeten la idiosincrasia del lugar", la recuperación de oficios que han conformado la vida de la Cartuja, así como la integración de la Cartuja en el atractivo proyecto medioambiental de la recuperación del Guadalete.
Además, el equipo diocesano de gestión de la Cartuja, no descarta la celebración de otras actividades que reporten beneficios y que ayuden a costear el mantenimiento de este majestuoso conjunto monumental. Hasta bodas, para lo que habrá que habilitar un espacio para la celebración.
"La Diócesis busca la colaboración de las administraciones y la sociedad civil para el sostenimiento del monumento más importante de la provincia", apuntan desde Asidonia-Jerez.