Los sanitarios del Hospital Universitario de Jerez aprenden a reaccionar ante las agresiones que están a la orden del día en los centros y hospitales de Andalucía. Para ello, se ha realizado un simulacro en el que se han recreado tres situaciones de agresión a profesionales sanitarios en el área de Urgencias Generales. Esta iniciativa forma parte del Plan de Prevención y Atención frente a Agresiones del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y ha sido organizada por la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales (UPRL) del Área de Gestión Sanitaria de Jerez, Costa Noroeste y Sierra, en colaboración con el interlocutor sanitario de la Policía Nacional y los profesionales de Urgencias.
Este ejercicio es el segundo de su tipo en la provincia, tras el pionero realizado el año pasado en el Hospital Universitario de Puerto Real. Ambos simulacros surgieron como una de las medidas propuestas por la comisión provincial contra las agresiones a profesionales sanitarios, un órgano presidido por la Delegación Territorial de Salud y Consumo. El objetivo es identificar áreas de mejora para reducir los ataques físicos y verbales en los centros sanitarios.
Durante el simulacro, se recrearon tres escenarios distintos en los que participaron los profesionales presentes en la unidad, actuando en condiciones reales. Aunque se informó previamente a los vigilantes de seguridad, se les pidió que no intervinieran inicialmente para evaluar la respuesta del personal sanitario.
El primer escenario simuló una agresión en una zona común donde pacientes esperan ser ingresados o reciben tratamiento. Un familiar, frustrado por la espera, comenzó a gritar y amenazar a los profesionales, dañando parte del mobiliario. En el segundo caso, se recreó a un paciente que, tras más de un día esperando ingreso, empezó a gritar y amenazar a los sanitarios y otros pacientes, utilizando el palo de un gotero para destrozar objetos a su alrededor.

En cuanto a la tercera escena, se planteó la llegada de un paciente con trastorno psicótico grave, muy alterado y con la sensación de ser perseguido. Al intentar ubicarlo en una cama especial con agarres, el paciente se revolvió e intentó agredir a un profesional con una herramienta que llevaba consigo.
El objetivo del simulacro fue evaluar la capacidad de los profesionales para gestionar situaciones de tensión, desescalar conflictos y solicitar ayuda de manera eficiente. Además, se buscó analizar la rapidez con la que los compañeros acuden en auxilio del personal agredido. Estas acciones forman parte de las medidas del SAS para garantizar la seguridad y dignidad de los profesionales en su entorno laboral, promoviendo la formación continua y la prevención de agresiones en los centros sanitarios.