Filipinas es el único país asiático donde predomina el catolicismo, implantado durante los tres siglos en los que el archipiélago estuvo en manos del imperio español. Ahora un magnate filipino, Andrew L. Tan, puede salvar del abandono y la degradación un valioso convento a 12.000 kilómetros de Manila y que empezó a construirse en 1564, un año antes de que Miguel López de Legazpi estableciera el primer asentamiento español en la isla filipina de Cebú. El multimillonario asiático, que desde su desembarco en Jerez se ha hecho de una tacada con Bodegas Fundador —antiguas bodegas Domecq— y Garvey —la enseña vinatera del difunto Ruiz Mateos— por unos 300 millones de euros, ha puesto ahora sus ojos en el antiguo convento del Espíritu Santo. El monasterio más antiguo del municipio, fundado hace siete siglos.
El vetusto inmueble, levantado sobre unos 5.000 metros cuadrados y en desuso desde hace nueve años tras la salida de las monjas dominicas, linda precisamente con las bodegas Fundador, lo que reforzaría el interés por dar continuidad al complejo vinícola, que posee en su ladera de la cuesta de la Chaparra unos impresionantes jardines catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC). Tan ha venido por los vinos pero quiere ampliar su negocio con el patrimonio inmobiliario y el enoturismo. Como ya avanzó lavozdelsur.es hace un mes, el empresario filipino ya ha comunicado extraoficialmente su plan de inversiones en el intramuros jerezano, una zona degradada que necesita como el comer un maná fondos públicos y privados para resurgir. De momento, no hay confirmación oficial de la operación para vender el convento, pero la realidad a día de hoy es que es algo más que rumorología.
El mercado inmobiliario local se ha agitado con comentarios de todo tipo. El gobierno municipal confirma que tiene constancia del interés del empresario. Desde el Obispado, no obstante, se desconocen los planes para adquirir el viejo convento y transformarlo, por qué no, en un parador u hotel con encanto. “No tengo conocimiento de eso”, se ha limitado a declarar a este medio el obispo José Mazuelos, que se encuentra fuera de la ciudad en estos días de agosto. En Bodegas Fundador no hacen declaraciones por ahora. “La bodega está cerrada este mes”, nos dicen. El entorno de las bodegas y del propio convento han oído campanas pero tampoco aciertan a afirmar que ya Tan haya posado sus redes sobre el histórico inmueble. "Lo está comprando todo, qué alegría tener tanto dinero", comenta un jubilado de Domecq que descansa junto a talleres Ortega, en plena cuesta del Espíritu Santo.
En su día, las dominicas anunciaron que el convento salía a la venta. En una entrevista en Diario de Jerez, en julio de 2013, la madre federal de las dominicias, Rafaela Catena, aseguraban a la periodista Arantxa Cala: "No queremos aquí una mala casa. Lo que se instale debe tener una perspectiva espiritual, es decir, si es un hotel, pues que conserve esos muros que guardan tanta historia, que han envuelto tanto silencio, mantener el edificio, su serenidad, su paz, que sea algo espiritual. Tampoco está mal fomentar el turismo, pero siempre con estas premisas. Nunca habrá un interés especulativo con la venta". Ahora el magnate filipino Andrew Tan podría anexionar este valioso inmueble a los activos de su bodega y reforzar, con la compra, su ambicioso proyecto enoturístico para el corazón de Jerez.
Esta joya de la arquitectura renacentista, que no ha sido ajena al expolio de piezas que han desaparecido por traslados a otros conventos o directamente por robos cuya investigación se puso en manos de la Policía, podría salvarse del total abandono si finalmente se certifica la compraventa. Por ahora, solo se habla de interés por parte del magnate, de ahí que se desconozca en qué términos se movería una operación inmobiliaria que, sin duda, sería un revulsivo importantísimo para el degradado intramuros jerezano. Una prioridad para el actual gobierno socialista que requiere de fondos públicos —los ITI es la principal opción— o privados.
La central de Bodegas Fundador se encuentra en la calle San Ildefonso, junto a la cuesta del Espíritu Santo y la puerta del Arroyo, una de las cuatro puertas del Jerez almohade y uno de los grandes accesos del deteriorado casco viejo jerezano. En su visita a la ciudad en marzo pasado para tomar posesión de los activos de la antigua Domecq, el nuevo propietario ya dejó caer su idea de habilitar un centro de recepción de visitantes a la bodega para el referido impulso enoturístico de una enseña que también dispone para ello de la finca El Majuelo y el Castillo de Macharnudo. Además, en ese momento también se anunció el saneamiento de la torre de la antigua Puerta de Rota, prácticamente empotrada en el acceso principal a Fundador en la ronda del Caracol.