"Desde que nos casamos, empezamos a escuchar que el Obispado estaba detrás de la hermandad de las Angustias para que nos sustituyeran en la junta de gobierno", contaba hace unos días Manuel Canevas a lavozdelsur.es.
Hasta hace unas semanas era diputado de la virgen de la hermandad de las Angustias de Jerez. Su marido, Miguel Ramos, ejercía como tercer secretario. Tras contraer matrimonio, se forzó su salida del gobierno de la cofradía.
Manuel Canevas lleva 52 años como hermano. Miguel Ramos, 16 años, aunque lleva trabajando para la hermandad desde hace 40 años. Por eso se mostraban "muy dolidos" con esta decisión, justificada por infringir el Derecho Canónico.
En un primer momento, les dieron la opción de estar como auxiliares en la junta de gobierno, con voz pero sin voto, algo que aceptaron. Pero posteriormente, se les comunicó que habían sido excluidos del órgano de dirección de la cofradía.
Firmantes piden al obispo que "reconsidere" su postura
De esta decisión, ambos excluyen a la hermandad. El hermano mayor, dicen, los ha "defendido" hasta que pudo. Ahora, un grupo de hermanos de Las Angustias va a enviar un escrito al Obispado de Jerez en apoyo a Manuel y Miguel.
Los firmantes —la hoja de firmas se puede consultar aquí— piden al obispo que "reconsidere la postura que la Iglesia diocesana ha venido demostrando que tiene en los últimos años en relación con la homosexualidad, y entienda que la misma es consustancial a la naturaleza de la persona y por tanto inherente a la dignidad del ser humano".
Y también, que "no permita que desde la Iglesia diocesana se sancione a nadie más por su condición sexual, como le ha ocurrido a Manuel y Miguel, para no cometer más actos injustos que lo único que generan es dolor a los afectados y repulsa y distanciamiento de una sociedad que rechaza ese tipo de actuaciones".
En el escrito dirigido al Obispado, al que ha tenido acceso lavozdelsur.es, destaca que ambos cofrades, ex miembros ya de la junta de gobierno de Las Angustias, "llevan más de 50 años comprometidos y entregados a su hermandad, aportando todo lo que ha estado en sus manos para que la misma sea lo más grande posible, y ese grado de responsabilidad ha traído como consecuencia que Manuel haya formado parte de la junta de gobierno de la misma durante los últimos cinco años".
"Subyace una sanción por la condición homosexual de ambos"
Los firmantes señalan que "hace unos meses, y debido fundamentalmente a la edad que ambos tienen, se han visto abocados a formalizar legalmente su relación como pareja a través del matrimonio para poder estar protegidos ante eventualidades futuras y poder exigir los derechos que les corresponda en virtud de las disposiciones legales que se encuentren vigentes".
"Obviamente —continúa el escrito—, el matrimonio que han podido contraer reviste la forma de matrimonio civil habida cuenta que según la normativa eclesiástica no pueden contraer matrimonio canónico por sus orientaciones homosexuales. Tanto Manuel como Miguel han vivido intensamente su fe cristiana durante toda su vida, y profesan una gran devoción a la Santísima Virgen a través de su advocación de Angustias".
"Que toda una vida de dedicación y entrega a la Iglesia —no en vano, la hermandad es una parte de la misma— tenga como contrapartida que, en la última etapa de sus vidas, se vean sancionados con la expulsión de la junta de gobierno, ha hecho que esto les ocasione un gran dolor, decepción, zozobra, desasosiego y una inmensa sensación de injusticia", prosigue la misiva dirigida al obispo.
El documento firmado por un grupo de hermanos de Las Angustias retrata que "lo que subyace detrás de esta decisión es una sanción por la condición homosexual de ambos, lo que entendemos que atenta gravemente contra la dignidad de la persona, que es uno de los bienes que mayor protección debiera tener por parte de la Iglesia. Manuel y Miguel han demostrado con su trayectoria vital que son personas generosas y valientes".
Ambos hermanos, para estos firmantes, son personas "generosas, porque han puesto el amor en el centro de sus vidas, no sólo en su relación como pareja, sino con todo el mundo que han tenido alrededor; y valientes porque han aceptado su condición natural —como ha dicho el Papa Francisco— y han decidido ser felices con independencia de los prejuicios que durante siglos ha tenido la sociedad en relación con la homosexualidad, y que afortunadamente ha desaparecido o al menos reducido a la mínima expresión durante las últimas décadas".
