La historia del proyecto del Museo del Flamenco de Andalucía, en Jerez, ha escrito este lunes un nuevo capítulo al conocerse públicamente, por boca del consejero de Turismo, Cultura y Deportes, Arturo Bernal, que la empresa adjudicataria de las obras ha renunciado a acabarlas. Los problemas sacuden a Díaz Cubero, que tenía los trabajos al 80%, y como ha ocurrido en otras actuaciones, caso de Incubazul en la Zona Franca de Cádiz, la constructora no terminara los trabajos a los que se había comprometido.
El anuncio supone un revés para la iniciativa de la Junta en Jerez, financiada con fondos de la Iniciativa Territorial Integrada de la ITI, los cuales tienen plazos muy marcados, y que obligan a la Administración autonómica a un triple salto mortal para que el futuro museo, que curiosamente sí tiene ya precio fijado para sus entradas, no caiga en el olvido.
Con casi 7 millones de presupuesto, este mismo lunes también se ha anunciado, casi como mecanismo para dar la vuelta al pesimismo de la noticia de la renuncia de la constructora, que el proyecto ahora va a ampliarse con la incorporación de una nueva finca municipal, tras haber cedido para la causa piezas que hasta hace no tanto eran muy importantes en el casco histórico, como el antiguo Zoco de Artesanos de la plaza Peones.
La junta de gobierno local, presidida por la alcaldesa, María José García-Pelayo, ha aprobado el gasto para la adquisición, mediante expropiación forzosa, de la finca de la calle Doctor Lillo 6. Como ha explicado la alcaldesa, la finalidad de este proceso de expropiación es la incorporación de este inmueble a las instalaciones del Museo del Flamenco de Andalucía al objeto de optimizar y ampliar el espacio de este equipamiento. Bernal ha dicho que esta modificación del proyecto inicial, con unos 70 metros más en dos plantas, servirá para que gane "en operatividad", y supondrá en torno a medio millón más de euros.
Como ha explicado el gobierno local, se trata de una cesión a la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en la que "se viene trabajando desde hace algún tiempo y que va a suponer una importante ampliación del Museo del Flamenco, aprovechando la nueva licitación para la finalización de las obras".
La finca en cuestión fue declarada en situación de ruina e incluida dentro del Registro Municipal de Solares en el año 2004. Posteriormente fue sometida a un procedimiento de venta forzosa, para la ejecución, por sustitución, de los deberes del propietario. Tras los trámites pertinentes, la finca fue adjudicada al mejor licitador en 2007, si bien éste incumplió las obligaciones propias de esta adjudicación; tras una larga tramitación administrativa, en el año 2023 fue declarado el incumplimiento de las condiciones del concurso de la adjudicación, recuperando el Ayuntamiento la citada finca.
"Es idónea para incorporarla al complejo museístico"
Como ha señalado García-Pelayo, "desde el gobierno consideramos que, por su ubicación estratégica, esta finca es idónea para incorporarla al complejo museístico, por lo que, el pasado mes de abril, se iniciaron las gestiones para llevar a cabo este procedimiento de expropiación forzosa”.
Así pues, una vez recuperada la finca, el Ayuntamiento ha optado por esta vía en lugar de someterla a un nueva venta forzosa, "porque no tenía sentido que no formase parte del Museo del Flamenco, teniendo en cuenta que se habían cedido inmuebles colindantes para este proyecto".
Cabe recordar que en el año 2019, el Ayuntamiento cedió a la Junta los siguientes inmuebles: Doctor Lillo 8 duplicado; Doctor Lillo 8; Rompechapines 1; Rompechapines 3 y Rompechapines 5; Doctor Lillo 8 Triplicado; Doctor Lillo 10; Barranco 6 y 8; Doctor Lillo 3 y Doctor Lillo 4. Prácticamente la manzana completa de lo que suponía el antiguo barrio conocido como Rompechapines, en la entrada desde la calle Barranco hacia el corazón del Jerez medieval.