La Hermandad del Nazareno sigue sin saber si la hermana mayor electa en las pasadas elecciones, Carmen Tejero, podrá tomar posesión de su cargo al no tener completa la junta que la acompaña. La norma de la cofradía fija que tienen que ser 10 los oficiales. Sin embargo, por diferentes circunstancias, Tejero solo llega a los nueve.
Este asunto está ahora en mano del vicario general del oObispado que deberá decidir si da por válida o no la junta con nueve miembros, buscando alguna excusa legal o salvando esta situación mediante un decreto. Por el momento no se ha pronunciado, aunque fuentes consultadas por lavodelsur.es en Bertemati afirman que la resolución está muy próxima.
En cuanto a lo que puede suceder, las mismas fuentes, que se abstienen de vaticinar sobre este delicado tema, señalan que de no admitirse la junta de nueve miembros se podría obligar a convocar nuevas elecciones, con todo lo que una nueva cita electoral acarrearía en la vida interna de una hermandad que ya anda algo revuelta por esta cuita.
Entre tanto, la hermandad aguarda impaciente lo que sucederá en un impasse que no beneficia a la corporación. Esta misma casuística de que en unos estatutos de una hermandad se fije el número exacto de miembros de junta de gobierno o que unas elecciones se lleven a cabo en un horario exacto de votación u otras particularidades que están por debajo de la normativa principal, desaparecerán en el nuevo articulado diocesano para hermandades que está elaborando el obispado.
Recordar que a mediados de noviembre se celebraron las elecciones con una victoria muy ajustada de la candidata frente al otro hermano que aspiraba al cargo, Vicente Prieto. Solo fueron seis votos de diferencia. De los 375 emitidos, 188 fueron para Carmen Tejero, mientras que 182 optaron por Vicente Prieto. Curiosamente fueron 5 los votos en blanco. Pese a todo, se marcaba un hito en la historia de esta antigua corporación al elegirse por primera vez a una hermana para gestionarla.
La del Nazareno se enorgullece de tener un largo recorrido en la integración de la mujer en el gobierno de las cofradías, activo que les mereció el Premio Ciudad de Jerez a la Igualdad.