Como Billy Elliot, solo quiere bailar. Es su sueño, ser profesional, y pelea duro por conseguirlo. Mientras llega la oportunidad, va de viral en viral. De monaguillos hace unos años o en pleno centro de Jerez.
En mitad de la calle Francos, sin previo aviso, un joven se atrevió hace unos días a bailar por bulerías. El arte flamenco que respira esta ciudad se le metió por las venas a Cayetano Flores un día cualquiera de primavera. Alguien grabó el momento y se hizo viral. “Donde se pongan las palmitas yo me arranco”, confiesa este adolescente jerezano de 13 años a lavozdelsur.es, en un descanso en la academia de la Chiqui de Jerez, en pleno barrio de San Miguel.
Ese niño con ADN de artista que sacó una sonrisa a sus amigas aquella tarde, es el mismo que ya sorprendió hace unos años cuando, vestido de monaguillo del Prendi, se puso a bailar instantes antes de la salida de la Hermandad del Prendimiento, de la que es hermano. Cayetano recuerda aquella pataíta con cariño. Tenía seis años y empezaba a dar sus primero taconeos. Desde entonces, cada Miércoles Santo "nos echamos nuestros cantes y bailes como tradición".
La madre, "hartita" de arte
"Ahora, vestido de nazareno ya tengo que estar más serio, pero si me tocan las palmas me vengo un poquito arriba", comenta el jerezano, que asegura que a su madre la tiene "hartita" y que, aunque no sepa cantar, él se canta sus "letritas por bulería".

Su pasión por el baile flamenco, curiosamente, despertó en el césped del campo de fútbol donde entrenaba de pequeño con el Xerez DFC. "Me di cuenta de que me gustaba porque con las botas de fútbol me ponía a taconear. Cuando mis padres lo vieron me apuntaron con Miguel Heredia", cuenta.
Así, Cayetano —como le sucedía a Billy Elliot con el boxeo, que cambió por su pasión, la danza— dejó el fútbol por el baile flamenco y empezó a empaparse de todos los pasos. Su inquietud llegó hasta la televisión, donde demostró su habilidad en 2019.
En 'Got Talent'
Logró engatusar al jurado del talent show Got Talentjunto al grupo Duarte, escuela profesional de danza procedente de Sevilla. "Bailamos un flamenco reguetonero de la Rosalía", dice el jerezano, que recuerda aquella experiencia vivida con tan solo 7 años.
"Yo estaba atacado, teníamos que coger el vuelo temprano a Madrid y yo no me podía dormir porque estaba nervioso", comenta sobre su primera aparición en la pequeña pantalla.


En los últimos años no ha parado de disfrutar sobre el escenario. Su primera actuación fue en el Teatro Villamarta, lugar al que ha vuelto este año para participar en el Festival Kriatura. Allí, bailó seguiriyas con El Mijita de la Plazuela al cante. "Cuando salí cada persona me paraba diciendo qué bulería más gitana, qué ángel", comenta con desparpajo.
También es muy posible encontrarle en la próxima Feria del Caballo, en la caseta de la Hermandad del Prendimiento, acaparando inevitablemente todas las miradas. El muchacho tiene claro que quiere dedicarse profesionalmente al baile y se esfuerza con constancia para conseguirlo.

Actualmente, los fines de semana aprende tangos, seguiriyas, guajiras, bulerías y alegrías en el estudio de baile de la Chiqui, en La Plazuela de Jerez, y junto al bailaor sevillano Ángel Marín. Su formación no queda ahí. De lunes a viernes, asiste a clases en el Conservatorio de Cádiz. "Allí también estudio danza contemporánea, ballet, todos los estilos", explica.
Con ilusión, el jerezano se prepara para seguir cumpliendo su sueño. "Me encantaría llegar a algo con el baile, no ser el mejor, pero ser reconocido, y que, si yo bailo en un tablao, pues que la gente me venga a ver, y que diga, pues mira, este chiquillo baila muy bien", dice el adolescente, que siempre ha estado vinculado al flamenco por su familia.
Su madre también iba a una academia de pequeña, su abuelo siempre le enseña a los antiguos bailaores, mientras que su abuela, de vez en cuando, también se arranca. A Cayetano Flores todavía le quedan muchas pataítas que dar... hasta viralizar su baile contagioso 100% con el arte de la escuela jerezana.