En la misma mañana que en el pleno de febrero la Corporación municipal iba a debatir, entre otros asuntos, la situación calamitosa de las bibliotecas de barrio de Jerez, el fotógrafo se dispone a inmortalizar los cartelitos que cuelgan de estos centros del saber en algunas zonas populares y humildes de la ciudad: rejas, cierre a cal y canto y un exiguo horario subrayado con fluorescente.
Una antigua usuaria se le acerca y le dice: "Yo antes venía, pero hasta una vez me dijeron que no enchufara el portátil porque gastaba mucha luz". El inesperado testimonio no puede ser más clarificador de, por un lado, la pésima situación que vive el Ayuntamiento, y por otro, la precariedad y asfixia de sus bibliotecas como símbolo de la precariedad y fragilidad de la cultura y la formación en el municipio.
Horas más tarde, ya en el pleno en la calle Consistorio, la coportavoz de La Confluencia, Kika González, ha interpelado al gobierno por este asunto: bibliotecas de barrio como Ramón de Cala (La Plata), Agustín Muñoz (La Granja) y San Telmo solo abren un solo día a la semana, "que es lo mismo que cerrarlas; esto ya ocurrió en el anterior mandato de la señora Pelayo como alcaldesa y parece que lo consideran fácil". En su alocución, González ha recordado que en los últimos ocho años se ha hecho un esfuerzo importante por que se cumpliera la ley andaluza de bibliotecas, pero a tenor de los datos aportados posteriormente por Francisco Zurita, delegado de Cultura en la actualidad, no parece tampoco que dicho esfuerzo fuese realmente decisivo para el impulso de una situación que viene de lejos.
De hecho, el problema de personal de las bibliotecas, que es lo que subyace en esta cuestión —aparte de los pocos recursos que se destinan a fondos y modernización, que sería harina de otro costal—, no se ha solucionado. Desde 2015 el baile de personal ha sido constante y solo un pico de 21 empleados dedicados a esta cuestión en 2017 —justo en el mandato cuando el gobierno de Mamen Sánchez dependió más de los votos de Ganemos e IU— pudo devolver cierta dignidad a estos equipamientos públicos en una ciudad que, paradójicamente, aspira a ser candidata a Capital Europea de la Cultura en 2031. "Durante estos últimos ocho años ha bajado la plantilla de las bibliotecas. Revertir esta situación no es un huevo que se echa a freír, pero desde luego vamos a revetirla en la mitad de tiempo que se ha ido destruyendo", ha dicho Zurita en su réplica.
Lo positivo en todo esto es que el responsable municipal no ha puesto paños calientes y se ha hecho cargo de la penosa situación de las bibliotecas. "Señora González, estoy totalmente de acuerdo en su planteamiento y tengo total coincidencia en que es nuestra obligación, una necesidad, un convencimiento, tener las bibliotecas abiertas y por supuesto, respetar la ley. Le diría más, el horario que tenemos ahora mismo —motivado por la baja de larga duración por enfermedad de dos empleados adscritos a este servicio— es insuficiente, pero es que también lo era antes. Tener la biblioteca abierta una tarde o tenerla tres sigue siendo insuficiente. Necesitamos ocho personas para el objetivo razonable de abrirlas todas las tardes, el estudio está hecho".
"En un monte pelado, en una iglesia o en una biblioteca son los tres lugares en los que encuentro más paz, soy de los convencidos"
"Intentaremos —ha abundado— sacar rápidamente plazas para cubrir a estas dos personas que nos permitían por lo menos cumplir con la ley, pero esto así no se arregla con esta solución; hay que verlo a medio y largo plazo dentro de lo que nos permita la tasa de reposición; tenemos un plan y no vamos a defraudar a estos estudiantes y a estas personas. Se recuperará el horario mínimo, pero vamos a ir a cubrir más tardes con el plan que tenemos trazado", ha añadido.
En este punto, González le ha afeado que hable de tasa de reposición cuando precisamente en el último pleno, dentro de las medidas de una actualización del Plan de Ajuste del Ayuntamiento, se fijó rebajar al 50% la tasa de reposición en el Ayuntamiento de Jerez para los próximos años. Con una plantilla envejecida, próxima en muchísimos casos a la edad de jubilación, "este problema lo seguirán teniendo todos los años", ha advertido la representante de La Confluencia.
"A mí no me tiene que convencer, señora González, de lo que es una biblioteca. Yo creo que en un monte pelado, en una iglesia o en una biblioteca son los tres lugares en los que encuentro más paz, y soy de los convencidos de que tienen que estar abiertas para toda la ciudad, para todos los ciudadanos y especialmente para esas barriadas de gente que las necesita. En ese sentido, lo que les quiero decir que ya tenemos un plan y que no dude de que no vamos a defraudar, recuperando el horario mínimo y recuperando más tardes con el plan trazado", ha ultimado Zurita.
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