Lo único positivo es que es muy difícil que pueda correr la misma suerte que otros clásicos de su época, como el Luz Lealas o, más recientemente, el Delicias, que acabaron demolidos y extinguidos.
El Cine Jerezano, el más famoso de los cines de invierno —así se llamaban antes— de Jerez, cumple 75 años de su construcción en este 2023 y, gracias a la alta protección del inmueble que dispuso la Junta de Andalucía, la estructura, su fachada y sus elementos arquitectónicos son intocables.
Sin embargo, al mismo tiempo eso ha provocado que desde que dejó de proyectar películas, hace ahora justo un cuarto de siglo —en 1998 dejaron de exhibirse largometrajes—, el equipamiento cultural privado permanezca totalmente en desuso y en un estado de conservación cada vez más deficiente. Una auténtica pena para una ciudad que siempre recuerda con añoranza aquellas tardes y noches en el cine de la céntrica plaza de San Andrés.
Con un proyecto para aspirar a ser ciudad candidata a Capital Europea de la Cultura en 2031, curiosamente el Ayuntamiento de Jerez no se ha interesado en todos estos años por el Jerezano, si bien en su interior sí han tenido lugar incluso rodajes de películas como Miel de naranjas, de Imanol Uribe. "Con la protección a la que obligó la Junta nadie se ha interesado seriamente por el inmueble; tiene conservación arquitectónica y eso limita mucho los usos de hecho, que el Ayuntamiento lo inscribiera en el registro municipal de solares e intentara su adquisición no sería mala idea", confirman fuentes de Urbanismo a lavozdelsur.es.
Diseñado por el arquitecto madrileño José María P. Garrido, fue construido en 1948. Este inmueble está considerado Bien afectado por la Ley 14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía, el cual se vio perjudicado en cerrar sus puertas en 1998 por la moda de los multicines y las descargas piratas. Esta reflexión es parte del estudio que hizo para Hispania Nostra la graduada en el Grado de Humanidades en la Universidad de Cádiz y Máster en Evaluación y Gestión del Patrimonio Cultural en la Universidad de Salamanca, Patricia Sánchez Díaz.
La investigadora recuerda cómo "por parte de los jerezanos se ha intentado recuperar el edificio varias veces para que volviera a funcionar como centro cultural o para ampliar el Conservatorio de Música que se encuentra justo al lado, sin embargo los intentos siempre han sido nulos, ya que ninguna empresa quiere financiar el proyecto y el Ayuntamiento no quiere hacerse cargo. La única solución que le dieron fue sellar la entrada del cine para “conservar” la fachada".
Mientras tanto, por desgracia, "tendremos que seguir viendo cómo se desprende un edificio más de nuestra memoria colectiva por falta de recursos y participación", añade Sánchez Díaz. "En mi trabajo de fin de máster, cuyo fin es gestionar un proyecto, mi objetivo es conseguir rehabilitar este edificio como un centro de cultural mediante una programación en los ámbitos del teatro, música, danza, etc. De esta forma podríamos seguir recuperando los espacios abandonados de nuestras ciudades, de nuestro patrimonio", escribía en la citada web.