Ahora es peatonal y se ha poblado de bazares asiáticos, además de una tienda alemana con nombre de osito. La transformación que ha sufrido, en cuanto a negocios se refiere, la calle Doña Blanca en Jerez ha sido total.
En los años de esplendor del centro de la ciudad eran numerosos los establecimientos que daban vida a este punto de conexión con la Plaza de Abastos que ahora ha perdido el brillo de comercios míticos como la Juguetería Álvarez, La Bota de Oro o Simago (y sus pollos).
Los recortes han sido numerosos, siendo, paradójicamente, La Tijera uno de los pocos que sobrevive al paso del tiempo. En la memoria colectiva quedan los recuerdos que vuelven con la imagen que aparece junto a esta publicación.
Con coches de la época aparcados y transitando por la carretera, con un gran tránsito de jerezanas y jerezanos, la Doña Blanca de la década de los setenta y ochenta del pasado siglo nada tenía que ver con la de ahora.
Medias Mario, uno de esos emblemáticos locales que tuvo que cerrar sus puertas en el año 2020 tras ocho décadas de ejercicio, ultramarinos La Paz, calzados Los Patitos, la droguería El Globo, muebles Berraquero, el bar Amaya, Peredo o el Hotel Garage Centro son algunos de esos negocios que fueron desapareciendo con el paso del tiempo.
Además de lo que supusieron para las familias que los regentaban, que tuvieron que decir adiós al trabajo de toda una vida, el cierre de estos locales fue cambiándole el pulso a esta calle tan comercial históricamente.
Las personas más nostálgicas seguro que han soñado alguna que otra vez con volver a caminar por el ayer para acabar delante del escaparate de Álvarez y mirar con la inocencia de antes aquellos juguetes infantiles del pasado.
Comentarios