La Hermandad de la Candelaria ha presento el paño que portará la santa mujer Verónica que forma parte de la iconografía del misterio del Señor de las Misericordias.
Fue en el transcurso del quinario de la hermandad que se celebró en Santa Ana. Allí fue presentado y bendecido de cara al próximo Lunes Santo. La pieza ha sido donado por un hermano y realizado por el también cofrade de la Candelaria José Miguel González Morales.
La Junta de Gobierno agradece en un comunicado este gesto y felicita al autor también “por el magnífico trabajo realizado”. González Morales describe su trabajo así: "Fugaz, tenue, capaz de entablar una relación diferente con cada espacio que ocupa, estar presente desde lo onírico, para que cada uno mediante nuestra visión seamos capaces de crear un vínculo diferente, observando, quizás, detalles que quien está a tu vera percibe de otra manera”.
La vera icona, la verdadera imagen de Cristo -Verónica-, “es el símbolo que identifica a nuestra hermandad. Una hermandad capaz de caber en la tela que enjugó la cara de Cristo”. Este paño forma parte ya de la amplia colección que la cofradía posee con lodosos que ha ido recibiendo o encargado a lo largo de muchos años.
Una reliquia rodeada por el misterio
A la Santa Faz o Velo de la Verónica le rodea numerosas incógnitas y misterios que durante años han sido objeto de estudio e investigación por parte de varios expertos. Algunos apuntan a que cuando se construía la nueva Basílica de San Pedro, el manto de la Verónica fue trasladado por el Papa Urbano VIII (1590) a una de las cuatro capillas de los pilares que sostienen la cúpula.
Posteriormente el paño fue robado y vendido de forma ilegal. Hay quienes sostienen que dicho robo se realizó en el siglo XV durante la demolición de la basílica medieval, aunque otros expertos defienden que el hurto tuvo lugar en el saqueo de Roma en 1527.
Desde entonces son varias las iglesias que dicen tener la verdadera reliquia, entre ellas dos españolas: la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Jaén y el Monasterio de la Santa Faz de Alicante.
El misterio del paso de la hermandad jerezana representa la sexta estación del Vía Crucis en la que se recuerda como, en el camino del Calvario, una mujer se abrió paso entre los soldados que escoltaban a Jesús y enjugó con un velo el sudor y la sangre de su rostro.