Éramos pocos y se suspendió la boda del torero. Y a la ya de por sí numerosa cifra de personas para comer en el centro de Jerez se han sumado casi 500 más que se quedaron sin banquete tras no celebrarse el enlace matrimonial en Santiago entre Juan Ortega y Carmen Otte.
Desde bien temprano empezaron a llegar autobuses a un casco histórico que se ha blindado al tráfico, impidiéndose la circulación en sus calles principales para evitar atascos.
Numerosos grupos de turistas llegaban a su destino en la Alameda Vieja, prestos y dispuestos para disfrutar de una tarde-noche de Zambombas en tierra jerezana.
Los de casa tampoco se querían perder la jornada festiva y también en un importante número se daban su paseo al centro para cogerle el pulso al ambiente navideño.
Por si fuera poco, a la esperada combinación de jerezanos y visitantes en el centro se sumaba una ecuación inesperada, la del nutrido grupo de invitados de la boda del día, que en cuestión de minutos vieron como se chafaba el plan para comer.
Y del 5 Jotas del no banquete pasaban a la búsqueda del montadito rápido o de algún bar donde calmar más pausadamente el mal trago tras la angustia pasada por la novia.
Al borde del colapso, no ha sido precisamente una misión fácil encontrar un sitio donde comer en un centro de Jerez que resucita cada diciembre.
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