Mucha gente sabe que “el teniente coronel Antonio Castejón Espinosa, un militar golpista, legionario y con los apodos de 'El Carnicero' y 'El Sanguinario'. Sería un compañero de Queipo de Llano, uno de los generales clave en el golpe militar que llevó después a la Guerra Civil española (1936-1939)” (DC, 04-03-19), pero muy pocos saben que este execrable militar golpista está enterrado en el cementerio municipal de Jerez desde primeros de julio de 1979.
Su increíble crueldad en muchos pueblos de Andalucía y de Badajoz no será olvidada nunca. Fue una mano derecha de Queipo de Llano, quien dijo (y esta era la filosofía de Castejón): “Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad”.
En el periódico El Adelanto de 13-09-1936 leemos sobre los jerezanos comandados por Castejón: “Batallón Expedicionario. Jerez de la Frontera.- La compañía expedicionaria del batallón de milicianos de esta ciudad, recibirá hoy el guión, de la distinguida señora del valeroso comandante don Antonio Castejón Espinosa, de soltera Melele Paz Género. El acto será revestido de la mayor solemnidad. El citado batallón lo manda el capitán de Infantería don Arturo Paz Varela”. Así que el teniente general Castejón Espinosa y el comandante Paz Varela tenían estrechos lazos familiares, pues Mercedes Paz Género era su mujer: “Cristianamente, como había vivido, entregó su alma al Señor la distinguida señora dña. Francisca Género Fernández, viuda que fue de don Manuel Paz Varela, madre de la esposa del capitán general de la I Región Militar don Antonio Castejón Espinosa”
El periodista Francisco Javier Recio explica: “La estrategia utilizada en Triana se trasladó a la Macarena, también con Castejón al mando. «La limpieza fue rápida y eficaz», escribió posteriormente el comandante. Acrecentado su prestigio militar con estas acciones, recibió la orden de Queipo de tomar varias poblaciones cercanas a la capital para garantizar la llegada de suministros desde Cádiz. Ocupa Morón y Puente Genil, donde se repiten fusilamientos y una dura represión sobre los representantes de la izquierda y sus familias. Con las provincias del suroeste bajo el control de Queipo, Castejón marcha hacia Extremadura. El objetivo es conectar con las tropas de Yagüe e iniciar así el cerco sobre Madrid” (op.cit.) En Zafra, Castejón realizó una carnicería, hasta que llegó a Badajoz con el general Yagüe como responsable de más matanzas. Obviamente, el Ayuntamiento de Sevilla le retiró la concesión en su día de la medalla de oro de la ciudad. No hace mucho.
El alcalde de Jerez Juan José del Junco (que todavía disfruta de una calle en Jerez) le impuso a Castejón, en 1937, la medalla “de sufrimientos por la Patria”: “En Jerez ha tenido lugar el acto de imponer al heroico jefe del Tercio señor Castejón la Medalla de Sufrimientos por la Patria. Asistieron diferentes personalidades andaluzas, el ilustre general Queipo de Llano, alcaldes de Mérida y Badajoz, entre otros. La Medalla, que ha sido donada por el Ayuntamiento de Mérida, fue impuesta al insigne militar por el alcalde de Jerez…” En 26 de enero de 1937 ABC relata cómo el entonces teniente coronel Castejón recibe en Jerez un encendido homenaje, recuperándose al parecer de sus heridas de guerra: “En el homenaje en honor al heroico teniente coronel de la Legión D. Antonio Castejón Espinosa, que aquí atiende a su total curación, pronunció un vibrante y patriótico discurso el comandante militar de la plaza Sr. Marqués de Arizón… el homenajeado leyó unas cuartillas significando su gratitud”.
El general Castejón.
A fines de abril del año 1962 el Ayuntamiento de Jerez, con su alcalde al frente, el que fue capitán de artillería d. Tomás García Figueras, concedió la medalla de oro de la ciudad a Mercedes Paz Género, esposa de Castejón Espinosa. Este encubierto reconocimiento político del Ayuntamiento de Jerez al entonces capitán general Castejón está, todavía, pendiente de ser derogado. Dicha medalla de oro le fue entregada a la mujer del militar golpista a primeros de mayo del 62, pero nada más concederla el Ayuntamiento ya fue su alcalde García Figueras a Sevilla, a la misma Capitanía General, a comunicárselo primero al poderoso militar y luego a su consorte. A Castejón se le dedicaría una calle en la Barriada España, hoy llamada alcalde Pedro Lassaleta. En la esquela (04-01-96, aunque el fallecimiento se produjo en 15-12-95) de Mercedes Paz Género, esposa del general, figura, también, que fue acreedora de la Gran Cruz de Beneficencia. Cuando se le impuso la medalla de oro de Jerez “la señora de Castejón agradeció el homenaje en breves frases” (ABC 08-05-62); el protagonismo, como se ve en la foto del diario Ayer, y como todo el mundo esperaba, era del capitán general de Andalucía sr. Castejón.
En actos muy principales de la ciudad de Jerez, en el período de la dictadura franquista, el general Castejón ostentaría el lugar más privilegiado, y así, cuando se corona canónicamente la virgen de la Merced, patrona de la ciudad, el diario ABC de Sevilla nos desvela esta especie de paternal tutela de Castejón sobre la ciudad del vino: “En el centro del paseo central, y casi en su cabecera, se había instalado un gran templete, presidido por un altar. A ambos lados se hallaban dispuestos sitiales para los padrinos de la coronación, capitán general de la II Región Militar don Antonio Castejón Espinosa y su distinguida esposa doña Mercedes Paz Género… a las siete y media hicieron entrada en el paseo central los padrinos de la coronación teniente general Castejón y su distinguida esposa, que se tocaba con la clásica mantilla, siendo acogidos por el púbico con grades aplausos” (ABC de Sevilla, 30/05/1961). Aquel día Castejón estuvo acompañado de, entre otros, del gobernador militar general Oca “que fuera jefe del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de la Merced, durante la Cruzada de Liberación”.
Terminamos este artículo sobre este mucho más que tenebroso personaje, que no merece ningún reconocimiento público bajo ninguna forma, ni directa ni indirectamente, con una sucinta descripción del horror que dejó a su paso por Valencina del Alcor: “Cuando Castejón ocupó Valencina del Alcor la columna mató a dos vecinos del pueblo, José Beltrán Flores y Francisco Pabón Oliver, que fueron registrados en el libro de defunciones el mismo día. A continuación se llevaron amarrados en cuerda un grupo de trabajadores detenidos y después de atravesar Castilleja de Guzmán y a la salida del pueblo, decidieron eliminar unos cuantos, de la misma forma que actuaba el ejército en las aldeas rifeñas después de tomarlas. En este caso dejaron siete cuerpos acribillados que, cuando se fue la columna hacia Sevilla, fueron recogidos en una carreta y llevados al cementerio de Castilleja” (J.Mª García Márquez: “Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla, 1936-1963”, p. 19)
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