Aceite de la sierra Mágina, bobas de La Barca y conservas de Barbate, entre otros productos andaluces "100% elaborados a mano", se promocionan en la Alameda de Cristina.
"¡De masa madre, pan hecho a mano!", grita Yolanda Sánchez en plena Alameda Cristina. Hasta el sábado 10, Jerez se convierte en una ciudad que exhibe productos andaluces totalmente artesanos. Yolanda ayuda a su cuñada Elena Mesa a vender todos los postres y panes que ofrece su puesto, Hermanos Mesa. Ellos vienen de La Barca de la Florida, probablemente el comercio más cercano de todos. Llevan más de 40 años sirviendo un producto artesanal que, como lamenta una de las propietarias de la panadería, "pocos saben valorar". Su cuñada anuncia a viva voz todo el género que disponen: carmelitas, bobas, teleras que duran una semana, merengues... Y resalta que su producto estrella son las palmeras de crema catalana. "No las hay en otro sitio", expresa.
Siguiendo la fila de puestos, otra pareja de mujeres muestran a todos los viandantes su marca de aceite. Santuario de Mágina es la principal cooperativa de Huelma, una localidad de Jaén. "Es la empresa más importante del pueblo, prácticamente todos trabajamos allí", comenta Carmen López, una de las portavoces de la sociedad que promociona con orgullo el aceite de su sierra. "Empezamos en la década de los 40 con solo 60 socios, a día de hoy somos más de 1.600", añade. Ambas cuentan que su pueblo está luchando para poder crear una empresa de envase y así distribuir ellas mismas el aceite que producen. "Nuestro producto lo vendemos en Italia a granel y ellos lo comercializan como aceite italiano. Queremos eliminar este proceso y envasar nosotros nuestro producto. El que ellos distribuyen no es el mismo que sale de Jaén. La calidad es distinta", cuenta María Angustias Maza, compañera de Carmen.
Indican que al año recogen cerca de 23 millones de kilos de aceitunas y que además la última cosecha ha consolidado a Santuario de Mágina como uno de los 100 mejores aceites del mundo. "Queremos que se conozcan nuestros aceites, nuestra marca", espeta una de ellas. "¡Ah, es aceite de sierra!, por eso está tan bueno", murmura una persona que coge un trozo de pan y lo esponja en aceite de Mágina. Otro productor de la misma provincia es Miguel Ángel Contreras, dueño de la marca Santa Claudia, mermeladas y licores "todo 100% elaborado a mano". Miguel Ángel, natural de Alcalá la Real, comparte que dispone de mermeladas artesanales de mango, naranja, aceite (la más popular y reclamada por chefs), pimiento, higo, melocotón y tomate, entre otras muchas. Santa Claudia lleva solo dos años funcionando y a diferencia del 'oro líquido 'de la sierra de Mágina, no exportan a ningún sitio. Como Miguel Ángel, muchos otros artesanos aprovechan este tipo de mercados para dar a conocer su producto ante un nuevo público. Antonio Calvo, natural de Córdoba, es otro ejemplo, o mejor dicho, su marca Verdimiel, miel artesana y ecológica. De familia apicultora, Antonio decidió hace tres años comercializar un producto que le saca una sonrisa y del que solo puede hablar maravillas. No porque lo elabore él, sino porque su gran variedad y el trato ecológico que lleva a cabo para producir la miel garantizan su sabor, su calidad. "Los industriales venden mieles chinas y nosotros tenemos que defender nuestro producto. Aquí la solemos usar como edulcorante, no hay una cultura de la miel. Mientras que en otros países la gente sí sabe diferenciar las 20 variedades que existen", explica. "No solo quiero vender mi producto, también quiero concienciar al consumidor de la gran variedad que hay en su tierra", añade.
"Los industriales venden mieles chinas y nosotros tenemos que defender nuestro producto"
La alameda se queda pequeña, la gente se amontona en los stands para saborear un género que desconocían. Huele a queso, a morcilla, a mojama... y la gente acude sin pensarlo. Los comerciantes no dan abasto, no paran de reponer degustaciones; todas se gastan en seguida. Pero el esfuerzo no es en vano, ya que entre tanta multitud se observa cómo la gente no solo se toma un tentempié, también se lleva el género a casa. El gran producto estrella del mercado es sin duda el queso. "Está buenísimo. Me llevo dos cuñas, ¿a cuánto salen?", pregunta una clienta.
En todo el mercado, más de cinco carteles promocionan el famoso queso payoyo de Villaluenga del Rosario. Alejandro Matos es uno de los productores de este queso de la sierra de Cádiz. Él, junto a otras tres personas, lleva casi tres años comercializando la marca Quesos Villaluenga del Rosario. En su puesto presenta una gran variedad, todos de cabra payoya. "Estamos luchando ahora por la denominación de origen. Por mucho que se lleven las cabras al extranjero la sierra no se puede exportar a ningún lado", expresa. Sin embargo, un joven queso malagueño es la gran sorpresa. La marca La Cañada del Capitán, de Vélez Málaga, destaca sus dos primeros premios en el VIII Concurso del Queso Artesanal de Andalucía celebrado, curiosamente, en Villaluenga del Rosario. La empresa que fue creada en agosto de 2015 por Francisco Campos, Melania y Ángela Ruiz no solo ha conseguido que su curado y su tierno de cabra sean los mejores, sino que su fresco se haya consagrado como el mejor queso del mundo.