Hubo un tiempo en que en Granada, y luego en Jerez, se celebraba el festival de música más importante de Andalucía y, muy probablemente, de España, el Espárrago Rock, el 'festi' por excelencia, antes de que se utilizara esta palabra. La localidad de Huétor-Tajar en la que nació (de ahí viene lo del Espárrago, producto estrella de su agricultura) y la Universidad de Granada, celebran a lo largo del mes de marzo diversos actos para recordar este festival –una exposición en el Rectorado; un concierto múltiple de homenaje en el pueblo– y también la figura de su promotor, Francis Cubero, fallecido hace dos años.
No se está celebrando una efeméride clara, este año sería el 36 aniversario desde la primera edición, pero siempre es un buen momento para recordar lo vivido durante aquellos años, que en lo que a Granada se refiere parte de 1989 y se centra en la década de los 90.
Los actos programados en Granada van, exclusivamente, sobre el período granadino del festival, aunque ciertamente, como diría David Bowie sobre su héroe Ziggy Stardust, fue en Jerez donde el festival alcanzó su auge (y tuvo su tremenda caída). Es verdad que por Granada ya habían pasado importantes grupos internacionales como Sonic Youth, The Cure, Beastie Boys, Bad Religion o Faith No More, pero también es cierto que se hizo enorme en Jerez, en su circuito, donde, perdonen el chiste fácil, se estrelló en el año 2000, el año de la catástrofe, el año del diluvio.
Eso sí, dio tiempo a que por allí pasaran leyendas y grandes nombres como Neil Young, Iggy Pop, Beck, Public Enemy, Garbage o Placebo... y se consolidaran unos chavales locales llamados Los Delinqüentes, que en 2001 incluso repitieron con dos noches.
El periodista Juan Carlos Rodríguez, de Canal Sur Jerez, ha estado presente en el acto de apertura de la exposición del Rectorado de la Universidad de Granada e incluso ha escrito unas líneas que le han solicitado. Rodríguez siguió el festival casi desde el comienzo y conoció a sus protagonistas. De hecho, fue amigo personal de Cuberos. La exposición le ha dejado impresionado.
Se trata de un auténtico 'crucero' desde el nacimiento del festival en la localidad de Huétor-Tajar y su paso, cinco años después, a Armilla, muy cerca de Granada. Fotos, carteles, recortes de prensa de estos diez años, en una exposición que acaba, significativamente, con el primer cartel del festival en el Circuito de Jerez, en 1999.
"En Huétor-Tajar se celebraba una feria vinculada al espárrago, uno de los cultivos estrella de la localidad y su comarca. A alguien se le ocurrió programar alguna actuación musical que atrajera a público joven a participar en la fiesta... y en 1989 tuvo lugar la primera edición del Espárrago Rock. Francisco Cuberos era por entonces técnico municipal de la localidad y el concejal de Cultura era Antonio Rodríguez, al que llamaban cariñosamente El Boti, se entiende que por boticario", dice Juan Carlos Rodríguez, hablando de los promotores de la cita. Rosendo o Extremoduro pasaron por las primeras ediciones del Espárrago, siempre en Huétor, hasta que se decidió dar el salto a Armilla, en el área metropolitana de Granada capital, años en los que el festival continuó creciendo y comenzó a tener una dimensión internacional en cuanto a nombres.
El festival de Reading era el espejo en el que quería mirarse el Espárrago, tanto en organización como en el tipo de cartel, es decir, distintos escenarios, figuras nacionales, algunos grandes nombres internacionales y espacio propio para otras músicas, caso del flamenco. De hecho, con el tiempo, el Espárrago Rock se convirtió simplemente en el Espárrago.
El Espárrago llamó por primera vez a la puerta de Jerez en 1997. La cita fue en Ifeca, y llegó con la idea de que Jerez fuera una especie de subsede: Granada en primavera y Jerez en otoño. Ese primer 'casi' Espárrago contó con las actuaciones, entre otros, de Extremoduro, Killer Barbies o Fangoria, con Alaska en su faceta más DJ.
La idea de la subsede no se consolidó, pero lo mejor (y lo peor) para Jerez estaba por llegar. Hubo problemas con la organización en Granada y Pedro Pacheco, por entonces alcalde, vio el potencial que tenía esa cita y le puso alfombra roja cuando los organizadores tocaron a su puerta con 'todo' el festival y él igualó la apuesta al ofrecer como espacio ni más ni menos que el Circuito de Jerez. Era 1999. La fecha en que Jerez se queda con el Espárrago, la fecha -y el cartel- con la que concluye la exposición de Granada.
El de 1999 fue un festival que podría definirse un tanto de prueba, con un cartel discreto, con Orbital y Los Planetas encabezando por el lado pop, y Sepultura y Anthrax por el lado metal, antes de que llegar al año 2000, milenarismo en estado puro. Fue el año del diluvio, el hecho que irremediablemente marcaría la suerte del Espárrago.
Ese año el cartel era redondo, iba a por todas, pero la primavera a veces es inclemente. Y esa lo fue. Justo cuando estaban en el escenario principal Cypress Hill, poco antes de que saliera ni más ni menos que Lou Reed, comenzó a diluviar y hubo que suspender. Reed no llegó a salir. De hecho, se quedó en el Hotel Jerez. Tampoco The Cramberries, por entonces en su pico de celebridad. Boss Hog, el grupo de Cristina Martínez y John Spencer (el mismísimo de John Spencer Blues Explosion), mantuvieron el tipo bajo la carpa y dieron un concierto casi completo, hasta que alguien dio la luz y se vio que había medio palmo de agua con todos aquellos cables... y por suerte no pasó nada. Para la gente que acudió de acampada, eso sí, hubo que abrir Ifeca porque el agua se llevó muchas tiendas de campaña y, además, el terreno estaba imposible debido al agua y el barro.
Semanas después se dio a conocer que había un problema gordo con los seguros del festival, lo que no impidió que hubiera aún tres ediciones más del Espárrago en Jerez, digamos que bajo la organización clásica, en un envite en el que algunos quisieron ver una especie de 'todo o nada'.
Fue mucha gente y al menos dos de esas ediciones fueron brillantes, pero la situación, la losa del diluvio, era imposible de levantar y, al final, los derechos se vendieron a Prisa y a partir de ahí, pues... digamos que se fue diluyendo en una cita de promoción propia durante unos pocos años más. Nunca volvió a ser lo mismo. Eso sí, antes de la venta, justo después del desastre, aún dio tiempo a ver en Jerez a todos los grupos y solistas internacionales de los que se ha hablado más arriba, se pudo saltar con Dover, bailar con Asian Doubt Foundation o descubrir a Big Soul. Incluso disfrutar de Enrique Morente y Lagartija Nick, de Ezequiel Benítez, de Tomasito o Capullo de Jerez, que siempre hubo un apartado para el flamenco, más o menos clásico, más o menos heterodoxo.
Jerez y Granada, Granada y Jerez. Qué curioso, dos de las ciudades favoritas a Capital Cultural Europea 2031, unidas por el Espárrago hasta que cada una pudo...