Estas son las tiendas donde se hacían las compras navideñas en Jerez que se han perdido con el paso del tiempo

Antes del 'boom' de las grandes superficies comerciales, el centro histórico era el surtidor de los regalos de Reyes y de los productos para las comidas y cenas navideñas

Día de compras en Jerez, con Simago y La Bota de Oro al fondo.
Día de compras en Jerez, con Simago y La Bota de Oro al fondo.

Antes del éxodo a las afueras y del boom de las grandes superficies comerciales, el centro histórico de Jerez, ahora dirigido en una gran parte al sector de la hostelería, era el lugar donde se realizaban las compras navideñas. 

Las tiendas y establecimientos del centro eran la base de los regalos de Reyes Magos y de los almuerzos y cenas navideñas. Negocios que fueron desapareciendo con el paso del tiempo a la vez que se hacía la transición a un concepto diferente de la Navidad. "Antes era totalmente diferente. Lo más importante eran las reuniones familiares. El concepto de vida era distinto. El centro estaba atestado de gente. No había centros comerciales y todo el mundo compraba en el centro", recuerda el veterano periodista Ángel Revaliente. 

Corrían los años 60 y 70 con la ciudad moviéndose a un ritmo diferente al de hoy. El escaparate de Juguetería Álvarez era una puerta abierta a la ilusión. El balón, la muñeca, el futbolín, los juegos reunidos o los rompecabezas formaban parte de la limitada carta a los Reyes Magos de las niñas y niños de entonces.

La Juguetería Álvarez, un establecimiento mítico en el Jerez de antes.
La Juguetería Álvarez, un establecimiento mítico en el Jerez de antes.

"Juguetería Álvarez era un emblema en Jerez. La Plaza de Abastos era una verbena en esa época. La gente iba a sus compras y trataba de pasarlo lo mejor posible. Las vecinas compartían su copa de anís y polvorón por las mañanas. Ya ha cambiado hasta el tiempo. Antes hacía mucho frío por Navidad y se decía 'ya están aquí los fríos del niño Jesús. Ya va a llegar el frío y va a venir el niño Jesús'". cuenta Revaliente a lavozdelsur.es. Otra copa diferente a la de anís, la de cisco o picón, no faltaba en las casas para calentar el ambiente. 

Una imagen de La P.U.
Una imagen de La P.U.

El centro de Jerez estaba por aquella época llena de tiendas como La P.U., La Bota de Oro, Eureka o Quicar, que estaba situada donde se encuentran ahora las taquillas del Teatro Villamarta. En Muebles Rimo, localizado por entonces en la calle Bizcocheros, se podían comprar también juguetes. Para los electrodomésticos estaban las tiendas de Sabino Hoces. Ya más tarde, finales de los 70 y principios de los 80 llegarían las populares tiendas de Taiwan 1 y Taiwan 2, que estaban en la calle Medina, o Ivarte, en la plaza Esteve. 

La calle Évora también contó con Galeriás Évora, donde se podían adquirir también juguetes. En la calle Arcos, en la Papelería Hurtado se podían comprar futbolines y Los Madrileños, en la plaza Esteve, era otra opción para la ropa. 

Para comprar piezas para los belenes o la decoración navideña, los ciudadanos de entonces podían dirigirse a La Malagueña, situada en calle Algarve, o a Casa Quevedo, uno de los pocos negocios de aquella época que sigue resistiendo al paso del tiempo. En La Plaza también se podían comprar cosas para el portal de Belén. 

Tiendas en el Jerez de los 60.
Tiendas en el Jerez de los 60.

Otra de las curiosidades de aquellos tiempos es que muchas cosas se compraban en el Ocaso. Si eras cliente de esta compañía de seguros, ibas y pagabas añadiendo el extra a la letra de los muertos. Había ropa, juguetes y artículos varios. 

Para las compras navideñas relacionadas con la alimentación, en la plaza del Arenal estaba La Aduana, un gran almacén, de corte similar a la Mantequería Leonesa.  

Por supuesto, la plaza de Abastos era otro punto de encuentro para comprar la carne, el pescado y los productos frescos. Y Simago, otro clásico de la época. 

En cuestión de dulces, Jerez contaba con pastelerías que ofrecían grandes productos como Niza, Los Tres Reyes, la Rosa de Oro o La Esperanza, enclavada en el edificio donde estaba Pampa. 

Y no nos podemos olvidar de una tradición de aquellos tiempos que también se ha perdido con el paso del tiempo. En La Plaza, delante de San Francisco o en las calles Arcos o Ancha se compraban los pavos, que eran engordados en casa durante varios días para después servirlos con arroz en una de las comidas típicas de aquellos años 60 y 70. 

Sobre el autor:

Rubén Guerrero.

Rubén Guerrero

Contador de historias. Autor de nueve libros. Premio Racimo por la Igualdad por la defensa del deporte femenino, Premio Apoyo al Deporte en la III Gala del Deporte de Jerez, mención especial en el V Premio de Periodismo Positivo de Ávila y Premio Almería para Todos por la lucha contra el acoso escolar en los medios de comunicación.

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