El reloj del Gallo Azul, instalado en el año 1934 como fruto de un concurso convocado por el Ayuntamiento para la ubicación de un poste indicador de direcciones frente al emblemático edificio, que fue fundado cinco años antes, pronto volverá a dar la hora.
Su restauración, conservación y puesta en funcionamiento ha sido aprobada en la Junta de Gobierno Local, que ha dado el visto bueno al convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Jerez y Bodegas Cayetano del Pino. Esta acción se enmarca dentro de los acuerdos de patrocinio que suscribe el Ayuntamiento con distintas empresas y entidades de la ciudad para llevar a cabo acciones e iniciativas conjuntas que impulsen la promoción turística de Jerez y pongan en valor, como en este caso, los bienes culturales e históricos más representativos del patrimonio de la ciudad.
El citado reloj fue un regalo de la familia Domecq al pueblo de Jerez y, como consta en la documentación relativa al acuerdo, el proyecto ganador fue el presentado por la Casa Domecq, que añadió al fuste "un reloj de 2 caras con tres luces superiores, con los respectivos carteles indicando las direcciones de Sevilla y Cádiz, y con alegorías al mundo del vino que adornan la parte superior. El artista escultor fue el jerezano José María Rivellot, mientras que la fundición del fuste y del reloj fueron obra del también jerezano Domingo de la Prida Álvarez, siguiendo los gustos y la moda del estilo conocido como la arquitectura del hierro".
Esta estructura de hierro fundido ·se asienta en una base de ladrillos de estilo regionalista, los mismos que utilizó Aníbal González en la construcción del edificio del Gallo Azul, y en la cual, se encuentran los escudos del Reino de España; Aragón, Navarra, Castilla y León".
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