“Todos para abajo”. Es la orden que recibieron 686 alumnos y alumnas del IES Elena García Armada de Jerez. Una voz nerviosa retumbó en las aulas a través de la megafonía a primera hora de la mañana de este jueves. “Me estaban cantando el cumpleaños feliz, había repartido tres trozos de tarta y se ha escuchado, me han apuñalado”, dice una chica que celebraba sus 16 años. Con el plato en la mano, ofrece a sus compañeros el pastel con el que ha bajado corriendo las escaleras.
En la clase de al lado, el alumnado de un grupo de 3º de la ESO era testigo de un apuñalamiento con dos cuchillos que ha causado estupor y revuelo en este centro educativo ubicado en el barrio de San José Obrero. Un menor, de 14 años, es el responsable de este suceso que se ha saldado con tres profesores y un menor heridos. Cogió las armas blancas y, al grito de “te voy a matar”, las clavó a su víctima.
“No me lo esperaba. Ayer alguien le estuvo tirando agua al niño y este empezó a decir ‘tres o cuatro, tres o cuatro’, nadie sabía lo que significaba y ahora han dicho que es de una película”, cuenta la joven a lavozdelsur.es. Mientras tanto, en la primera planta del edificio, en torno a las 11.00 horas, la investigación seguía su curso. “Están todos los profesores dando charlas a dos clases de tercero y los policías están echando fotos con las cámaras de alta resolución. Este cumpleaños no se me olvida”, dice.
Con el susto en el cuerpo, a su alrededor, un compañero abraza a su madre que acaba de llegar para recogerle. Algunos, se agolpan en las rejas buscando con la mirada a sus hijos, que han sido evacuados.
Preocupación. Gestos descompuestos. Algunos recobran la respiración. Otros, comentan la escena que varios estudiantes han llegado a grabar con sus móviles. El juego del teléfono, cada uno dice una cosa. Hasta se ha llegado a escuchar que la profesora herida llevaba el ojo colgando.
El menor detenido nunca hablaba, era listo y siempre llegaba el primero a clase. Hoy, apareció el último. “El chaval dijo ayer ‘mañana mejor que no vengáis’ y hoy se ha ido para uno y le ha dicho te dije que no vinieras, y le ha sacado el cuchillo”, explica Fran, alumno de Primero de Bachillerato, que se encontraba en la planta baja cuando escuchó la megafonía.
“Por lo visto, un profesor muy fuerte y muy joven le ha estampado contra la pared y le ha quitado el cuchillo”, dice el joven, que afirma que, por suerte, no ha visto nada. A unos metros, mientras la Policía vigila el centro, totalmente acordonado, Luis, de Segundo de Bachillerato, acaba de salir.
"Vi sangre en el suelo"
A las 8.15 horas empezaron a pasar lista, pero su clase de Filosofía no llegó a arrancar. “De repente hemos escuchado gritos en el pasillo. Muchas veces lo hacen por cachondeo, pero los gritos de hoy eran de pánico. Salí para ver qué estaba pasando y vi sangre en el suelo, era de la profesora, y hemos bajado”, detalla el chico. No le dio tiempo ni a coger el móvil ni su mochila, tan solo, a seguir las instrucciones intentando mantener la calma.
Luis explica que él no conocía al responsable, pero sí lo veía en el recreo a diario. “Tiene Asperger, siempre estaba solo con un tupper”, añade. Medios de comunicación de todo país hacen su trabajo en el entorno donde las familias se van marchando con sus hijos. Muchos, conmocionados por lo que acaban de vivir.
“Ha sido horroroso”, dice María, que toma aire antes de hablar. La alumna de 4º de ESO estaba a punto de empezar su lección de Lengua cuando vio a muchos compañeros corriendo por el pasillo. Según narra, “entró un niño diciendo que lo habían apuñalado, la profesora lo metió y cerró la puerta”. La chica explica que “mi clase ahora mismo está llena de sangre, le taponaron la herida con una venda y con un clínex”.
Después, desalojaron el edificio en dirección al patio, lugar donde permanecieron hasta que los agentes controlaron la situación. “Hemos pasado miedo”, reconoce la chica, acompañada de su madre, que acaba de llegar.
"En mi clase entró un niño diciendo que lo habían apuñalado"
El presidente del AMPA, Alejandro Castilla, todavía con el disgusto en el cuerpo, se dispone a acompañar a casa a uno de los alumnos. “No ha pasado nada de gravedad, gracias a Dios. Qué mal rato el que hemos pasado”, expresa. El padre comparte que “algunos alumnos han tenido ansiedad y otros se han desmayado por lo que han vivido”.
La investigación está en marcha. Aunque no hay ningún protocolo de acoso abierto, tal y como aseguró la consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, la palabra bullying sale de las bocas de distintos jóvenes que van volviendo a sus hogares. En una mañana de septiembre, a inicios del curso escolar, el caso revela la importancia de cuidar la educación y la salud mental.
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