La anarquista jerezana, hermana de los anarcosindicalistas Miguel y Cristóbal, muere a los 101 años de edad.
La anarquista Ana Vega Álvarez fallece en Canadá a los 101 años de edad. La jerezana, que militó en el sindicato de emancipación femenina de la CNT de Jerez, es hermana de Miguel y Cristóbal, y proviene de una familia muy comprometida con el anarcosindicalismo. Desde el propio sindicato cuentan que Ana era una libertaria convencida, que se casó por lo civil en contra de sus padres, e incluso de otros anarquistas de aquella época “que no eran tan libres cuando se trataba de la propia familia”, como afirma su sobrina Mari Carmen.
Ana vivía en Calgary, en la provincia canadiense de Alberta, pero para llegar hasta ahí antes pasó por toda clase de calamidades. Tenía que trabajar tanto para ayudar a la familia que no pudo dedicar mucho tiempo a ser activa políticamente, aparte de asistir a mítines y reuniones de vez en cuando. La anarquista, que se divorció y volvió a casarse, tuvo que huir del país con su segundo marido y el hijo común de ambos cuanto estaba embarazada de más de ocho meses, en pleno invierno, atravesando a pie los Pirineos. Después de llegar a París, donde vivían en la calle, se puso de parto, pero alguien se apiadó de ella y la llevó al hospital.
Después sobrevivieron con ayuda de otros refugiados mejor parados que ellos y porque algún familiar les prestó 1.000 pesetas, que en aquel entonces era una fortuna. En 1949, su marido se había escapado de la cárcel y sabía que estaba condenado a muerte, tras lo que trató de buscar una falsa identidad pero fue imposible, por lo que tuvieron que emigrar a Canadá, donde fueron muy bien acogidos. Ana era sastre y enseguida encontró trabajo y su marido entró a trabajar en el ferrocarril, y ahí estuvo hasta su jubilación.
Ana estaba muy unida a su hermano Miguel. Él le escribía cartas desde la cárcel, y ella fue un soporte importante para él. Cuando Miguel se fugó de la prisión de San Lorenzo le escribió una carta a su hermana Anita diciéndole que cambiaba de “dirección de empresa”. Ana también participó en un intento de reconstitución de las Juventudes Libertarias en Jerez —en la clandestinidad—, en marzo de 1941.