Hay que meter en cintura al rebujito

Una opción sería establecer varias categorías en función de la cantidad de fino que lleve esta particular mezcla de vino y refresco que peligrosamente empieza a gustar más a los madrileños que al personal autóctono

Rebujito. Un clásico en la Feria desde hace ya tiempo.
Rebujito. Un clásico en la Feria desde hace ya tiempo. MANU GARCÍA

Alguien debería regular el rebujito. Ya. Ahora. Por supuesto, debería ser un equipo multidisciplinar el que estableciese los parámetros que debe tener esta bebida. Entre los profesionales que podrían formar ese equipo es evidente que debería haber enólogos, cocteleros, otorrinolaringólogos (da gusto escribir esta palabra) y dentistas. Lo que no está claro es bajo el paraguas de qué institución trabajarían. ¿El Consejo Regulador? Le va en el nombre, en el apellido, más bien, pero tal vez lo mejor sería acudir a una autorregulación por parte de los propios caseteros. 

¿Qué está ocurriendo en el Real que hace tan necesaria esa regulación? Digamos que es un remedo de aquella película de serie B, El increíble hombre menguante. Cuando el rebujito se introdujo en la Fería, hace ya más de veinte años, el acuerdo no escrito incluía que en la jarra iba entera la media botella de fino (o manzanilla), ante de que cayera el refresco de lima-limón. Ahora, en la mayoría de las casetas no es así y las más de las veces la cosa anda por la mitad de media botella. Además, ¿son necesarios todos esos cubitos de hielo? ¿Se puede seguir llamando rebujito a esta combinación? Honestamente, este cronista debe decir que no lo sabe, de ahí este llamamiento, esta especie de carta abierta. Es absolutamente necesario que un enólogo fije la cantidad de vino necesaria para la mezcla, en colaboración con el maestro coctelero; un médico debería pronunciarse sobre los efectos de todo ese hielo en la garganta y el odontólogo sobre el azúcar, la sensibilidad y el fenómeno de 'dientes blandos' perceptible a partir del cuarto vaso.

En realidad, no hay que ser taxativo, perfectamente se podría establecer tres categorías. Una para los muy vinateros, en general gente de ideas fijas que, por supuesto, incluiría el vaciado íntegro de la media botella y solo la mitad de todo ese hielo. 'Rebujito antiguo' o 'rebujito fórmula antigua' podría ser su nombre. En medio estaría la fórmula tan en boga hoy de echar la mitad de media botella, ya con todo ese hielo. También salen dos nombres, el 'rebujito MMB' (mitad de media botella) o 'neorebujito', a debatir. Por último, estaría 'esencia de rebujito', solo un golpe de muñeca de vino sobre todo ese refresco y hielo.

Sería un avance. Así, cada vez que se pida una jarra de rebujito en una caseta no habitual, no habría incertidumbre, ese creciente sentimiento de desazón...  

Sobre el autor:

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Carlos Piedras

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

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