Nuria, LaNuri cuando llega la Feria del Caballo, lo tiene ya todo listo. En realidad, hace varios días que despejó cualquier duda que pudiera tener. Ready to go, que se dice.
Ahí están, en perfecto estado de revista y por orden, los trajes de flamenca que se va a poner, con el mantoncillo y los abalorios que acompañan a cada uno. Todo perfectamente colgado y alineado. De hecho, también tiene, allá por el quinto o sexto lugar, ropa para el día que tiene intención de ir de ‘civil’ a la Feria. La ropa de ‘civil’ la tiene por duplicado, en función de si se pone el vestido de primavera que se ha comprado o, al final, se pone ese pantalón que “no falla” con una blusita y, hala, a la calle. Según, el ánimo, el cansancio, el tiempo que haga… según el según, vaya. Incluso este año no descarta tomarse una pequeña licencia –ir dos días de civil con lo que ha preparado y sacrificar un traje de flamenca–, que LaNuri no es prusiana, que toma estas medidas, le da esta pensada a la ropa con tanta antelación, precisamente para en la Feria no tener que andar pensado 'en caliente'. En realidad, es tan metódica que incluso el día que no suele pisar la Feria –a mitad de semana, pero nunca el miércoles, el Día de las Mujeres… o sea, el martes o el jueves, otro ‘según’– deja un espacio entre su vestuario. A simple vista, todo apunta a que el día que ‘falla’ este año es el martes.
Por supuesto, LaNuri es la envidia de las amigas, todo listo, todo al milímetro desde la semana antes de que comience la Feria, no tener que tomar decisiones como el ‘qué te pones’ con resaca, bronca con el marido o estar hasta allí mismo del niño, que ha llegado otra vez a las mil del botellón ese al que llaman ‘barrilada’.
Con lo que es más versátil es con los zapatos y los espartos. Ahí sí que va más en función del día y del cansancio acumulado, pero el equipo titular está perfectamente desplegado justo debajo de la barra ‘al aire libre’ de la que cuelgan los vestidos.
Un año más, LaNuri, ready to go… ¡y a la Feria!
Comentarios