A pleno sol después de haberse zampado tres serranitos y seis pimientos fritos. A la luz de la luna cuando hasta la barca vikinga ha apagado las luces. O nada más pisar el Real porque hay que empezar a catar la botella de fino con en el estómago lleno. Hay un producto en la Feria del Caballo -y en cualquiera que esté por venir- que alegra paladares a cualquier hora del día. Ver a una persona con un abanico en la mano y con una porra en la otra es una escena habitual en la entrada de la Calle del Infierno.
La churrería y chocolatería Los especiales es uno de esos puntos míticos al que se acercan las familias cuando llega la hora de la merienda. Acaban de llegar de la feria de abril de Barcelona y ahora disfrutan de un poco de tranquilidad después de un fin de semana “duro” ya que “el sábado había más gente de lo que esperábamos”.
El malagueño Miguel Hurtado, que lleva ocho años sobre este local móvil, está encantado con la acogida después de dos años de parón. “La gente tiene muchas ganas de fiesta”, dice el churrero que está con las manos en la masa.
Esta churrería es un clásico de la Feria desde que el algecireño Alfonso Sánchez comenzara allá por los años 60. Desde entonces, la tradición familiar no se ha perdido y ha ido pasando de generación en generación. Ya van por la tercera.
Al negocio lo bautizó como Los especiales en honor al gentilicio popular con el que se conoce a las personas nacidas en Algeciras. Y, aunque empezó allí, ya ha recorrido toda España. “Hacemos una ruta bastante amplia, a Barcelona, Valencia, Gibraltar, Ceuta, Melilla, y también hemos estado en las Fallas donde hacemos buñuelos de calabaza”, explica Miguel.
"Todo es natural, sin aditivos"
De talante risueño, y con un delantal que revela que lo suyo no son las papas asadas, se dispone a elaborar porras o “churros de rueda” como ellos lo llaman, una de las estrellas del lugar. “Sal, harina, bicarbonato y agua. Todo natural, vegano y sin aditivo”, destaca mientras la masa alargada va cogiendo forma. El otro pedido más demandado son los “churritos, que se tuestan con agua hirviendo un un poquito de harina”.
“Salen muy buenos”, asegura el malagueño que también vende muchos churros rellenos de chocolate o lazos. Ellos suelen esperar a que “haga fresquito porque esta primavera los calores aprietan” para recibir a los visitantes.
Eso sí, nunca se han desplazado de la ubicación en la que siempre se han instalado. Según cuenta Miguel a lavozdelsur.es este lunes, suelen turnarse el espacio de la avenida de la Feria con otra churrería clásica, los Hermanos Pernía. “Pero este año no están, con la crisis no ha podido afrontarlo y no hay personal”, explica.
La familia procedente de Dos Hermanas que instala sus carpas en las ferias andaluzas no ha podido volver a la carga. No se escucha el anuncio que los jerezanos recuerdan: “Chocolatería Churrería Hermanos Pernía”.
La familia Sánchez no solo se encuentra frente a las atracciones. En el callejón de los puestos de comida y de artículos para las flamencas que han tenido algún percance con su atuendo, también tiene presencia. Al frente de la churrería La Perla siempre ha estado Alfonso Sánchez, hijo del fundador, hasta que le dio el relevo a su hijo.
"Entre todos nos hemos llevado más de 100 años"
“Primero los hacía mi padre, después mi hermano mayor, después yo y ahora mi hijo. Y en Los especiales sigue mi sobrino. Entre todos nos hemos llevado más de 100 años viniendo a Jerez”, explica el algecireño subido a “una cafetería con todas las comodidades” montada sobre ruedas.
Alfonso le llamó La Perla en honor a sus inicios. Él empezó en este negocio sacrificado cuando cumplió la mayoría de edad en Ceuta, conocida popularmente como “La perla del Mediterráneo”. “Estuve muchos años y me cogieron mucho cariño allí”, recuerda el feriante que antes se instalaba dentro del parque González Hontoria.
En esta chocolatería donde no pueden faltar los “churritos de toda la vida”, salen mucho los rellenos y los buñuelos. Algunas flamencas ya han caído en la tentación mientras el algecireño explica que viaja por toda Andalucía y por algunas capitales nacionales. Pero no como antes, “hay muchos gastos”.
Después de la de Sevilla, se enfrentan a la segunda feria de una temporada donde hay cosas que no cambian. “Después de la merienda hay un parón, y de recogida viene la gente a reponer fuerzas. El chocolate ayuda a quitar las borracheras”, comenta.
Cuando llegue octubre, Los especiales volverán a Algeciras y La Perla, a Ceuta donde suelen permanecer los meses de invierno. De momento, sus churros todavía tienen que acabar en muchas bocas más.
Comentarios