La Hermandad de la Borriquita ha dado a conocer la renuncia de Fernando Barea Fernández para seguir con la labor de vestir a Nuestra Señora de la Estrella Coronada, “poniendo término a una brillante etapa presidida por su profesionalidad”.
Barea pone así el final a cerca de tres décadas como vestidor de la imagen titular de la cofradía lasaliana: “Sin duda, durante este largo periodo de tiempo, han sido muchas las experiencias y los momentos vividos junto a nuestro querido y estimado Fernando, e innumerables los recuerdos que permanecerán para siempre en nuestra memoria”, destaca la hermandad en un comunicado.
Tres décadas vistiendo a La Estrella
La hermandad deseca que “a pesar de que hoy separen los caminos, Fernando Barea y la Virgen de la Estrella, perdurarán siempre unidos”. Finalmente, el hermano mayor, Manuel Tordesillas y su Junta de oficiales, en nombre de la corporación, agradecen “sinceramente y de todo corazón su predisposición para con esta corporación, su incuestionable profesionalidad y su amor incondicional, siempre al servicio de la Virgen, que seguro lo acompañará en esta nueva etapa que comienza”.
Fernando Barea es una de las más destacadas referencias en el arte de vestir a la Virgen. En las pocas ocasiones en las que este cofrade jerezano ha participado en coloquios o comparecido ante de los medios de comunicación, dado su carácter reservado, evaluó “la importancia de respetar la identidad de cada imagen y la tradición de la hermandad a la que pertenece”.
Naturalidad y sencillez
La característica que más sobresale de su estilo se caracteriza es el enfoque con el que afronta y desarrolla esta labor, dando naturalidad y sencillez en el vestir, “buscando siempre resaltar la belleza y devoción de cada imagen”.
Barea es uno de los vestidores más reconocidos en el ámbito cofrade. A lo largo de su trayectoria, ha vestido a numerosas imágenes marianas, tanto en Jerez como en otras localidades de la provincia de Cádiz. Por reseñar algunas destacan Nuestra Señora de la Estrella Coronada, la Virgen de la Encarnación, la Virgen del Consuelo y Nuestra Madre y Señora de la Soledad.