Lo cofrade lo es todo. Desde la pasión silenciosa de un penitente que se plancha la túnica en casa o que se busca su capirote un mes antes, hasta los negocios del arte sacro, los dispositivos de seguridad, las trabajaderas y los hermanos mayores. Todo es Semana Santa.
Y lo es también la música. Internet, quizás, y la facilidad con la que hoy se comparten composiciones por la red, en cualquier formato, han elevado a boom el interés que siempre se ha tenido por las cornetas.
Aunque de esto, Rosario de Cádiz es el que más puede servir como ejemplo. Si bien hay muchas más por toda Andalucía que han logrado el máximo respeto, admiración y aplauso, lo de los gaditanos es otra cosa.
Y tiene la culpa, de entre las muchas cosas buenas que hay, Eternidad. Versionadísima ya, para no olvidarse la visibilidad que le dio Califato 3/4 con su Crîtto de lâ Nabahâ, a lo internacional -y a la repetición, machaque casi, en la esfera local- con el anuncio de Andalusian Crush de la Junta de Andalucía.
Lo cierto es que es la marcha que se sabe todo el mundo, es la marcha de la década. Este Sábado de Pasión, en el centro de Jerez había ganas de Semana Santa, esa que vendría a empezar el Domingo de Ramos.
Y lo había porque dentro de la Semana Santa está lo musical, y dentro de lo musical, la Banda del Rosario, y dentro de la épica que realiza la Hermandad de La Entrega de Guadalcacín con una kilometrada increíble, está la épica de Eternidad.
El centro, entregado
Con dos bandas para ese larguísimo recorrido de 14 horas -hasta alguna más si se retrasa-, la cofradía pedánea tiene al inicio y al final del recorrido a la genial banda del Cristo de la Fe y el Consuelo de Martos. Pero para el ecuador, el centro de la ciudad -si no hubiera dos bandas, no habría músico que lo aguantase-, está la Banda del Rosario de Cádiz.
¿Cuántos de los que han ido al centro a ver La Entrega han ido por el Rosario? ¿O, al menos, han ido también por el Rosario? Desde luego, en esa Semana Santa conjunta, desde las imágenes hasta las trabajaderas o la pasión de hacer 14 horas de penitencia sin descanso, en el todo ha habido una gran explosión en el centro de Jerez.
El momentazo, cuando ha sonado Eternidad, en la rotonda de los Casinos, ese punto en el que se recuerdan tantos jerezanos y jerezanas desde niño viendo hermandades de la mano de su padre o de su madre, de sus abuelos. Un punto de Carrera Oficial que es central.