El Monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión de Jerez ha estado custodiado hasta ahora por las hermanas de la Belén, las sucesoras en el monasterio de los monjes cartujos. Sin embargo, este lunes se ha conocido que han comunicado a la Diócesis de Asidonia-Jerez su decisión de dejar el Monasterio en el transcurso del año 2024. Después de dos décadas sin los monjes cartujos, este impresionante monumento, el más relevante del Sur de Andalucía, presenta grietas, escasa conservación y se mantiene cerrado a las visitas precisamente por el carácter de clausura de sus inquilinas.
Desde la marcha de los cartujos y la posterior cesión al Obispado de la Cartuja de Jerez, la Diócesis y las hermanas de Belén han hecho todos los esfuerzos para mantener la presencia de la vida religiosa en el Monasterio, "que ha dado tantos frutos y aportado tantos bienes espirituales a la vida de la Iglesia Diocesana. Pero, tras un periodo de reflexión y oración, y las visitas en los últimos meses de la Priora General y sus Consejeras, las hermanas de Belén no encuentran las condiciones favorables para su carisma de silencio, soledad y vida escondida", han destacado desde el Obispado.
La Diócesis de Asidonia-Jerez ha realizado todas las gestiones posibles en estos meses para evitar la marcha de las hermanas, según han mantenido, "incluso buscando lugares alternativos donde fundar un nuevo Monasterio, pero no se han encontrado soluciones adecuadas o viables. Ante esto, tenemos que aceptar dicha decisión y manifestar palabras de agradecimiento por la presencia y labor de las Hermanas en estos años".
Por otro lado, las hermanas de Belén quieren "agradecer a la Iglesia Asidonense, a todo el pueblo de Jerez de la Frontera, y a las Instituciones públicas y privadas, la incasable ayuda, atención y cariño mostrado durante todo este tiempo, que deseamos siga manteniéndose en el futuro en el cuidado de tan emblemático Monumento de gran valor espiritual y artístico".
La Diócesis de Asidonia-Jerez seguirá gestionando la Cartuja de Jerez, en virtud de la cesión que tiene concedida por Patrimonio del Estado, con la finalidad de mantener la vida espiritual y pastoral en el Monasterio, así como poner en valor el patrimonio cultural y artístico del recinto. La asociación en Defensa del Patrimonio (DEPA) exigirá a la Junta su apertura tal y como marca la norma por ser un BIC.
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