Una madre ha compartido en redes sociales su indignación tras lo ocurrido este Lunes Santo en la zona de palcos de la calle Consistorio de Jerez, justo delante del Ayuntamiento. Allí se ubica la escalera y rampa de acceso a la sede municipal, lo cual genera un hueco.
Allí, el Domingo de Ramos, esta mujer pudo acudir, además de otras familias, a ver los pasos en el centro de Jerez. Es la fórmula para "las personas que no tenemos para pagar un palco", explica.
"Estuvimos varias familias ahí y no había sillas y los niños disfrutaron mucho de pedir sus estampas".
Pero este Lunes Santo, en cambio, "me quise poner con mis hijos otra vez y nos han echado". "Hasta a mi hijo le han echo llorar porque me decían que si no me iba, llamaban a la Policía".
Un punto de la carrera oficial de Jerez donde no se molestaba a nadie porque la portada del Ayuntamiento es suficientemente amplia.
"No veo justo que solo quieran poner sillas por todos lados y nosotros no poder ni sentarnos en los escalones del Ayuntamiento", lamenta esta madre.
Un Consistorio que "se supone que es de todos los jerezanos, sean con dinero o sin dinero".
Un concepto que ha cambiado en carrera oficial
Lo cierto es que la carrera oficial a día de hoy está prácticamente ocupada al completo por esos palcos. Apenas hay sitios para ver junto a las personas que están en sus sillas.
Por un lado, históricamente se ha hablado de cuestiones de seguridad para evitar que los puntos que no están ocupados por palcos sean de paso y no de estancia en el lugar.

Sin embargo, no hay que olvidar que durante muchísimos años, quizás porque la afluencia de personas en el centro fuera menor, en Jerez era viable ocupar algunos sitios para ver las procesiones de pie. Puntos como la rotonda de los Casinos eran predilección de los jerezanos.
Hoy, el mero intento de pasar por ahí se hace difícil, como lo son también los pasos de peatones del Gallo Azul y el Señor de la Puerta Real, debido a que hay muchísima gente en todo momento. Una situación que ha ido cambiando. Pero que esta vez, además, ha fastidiado a una familia, a la que amenazaron con llamar a la Policía.