Una de las frases célebres del gallego Julio Camba, uno de los padres del periodismo gastronómico, asegura que "la comida popular, buena o mala, debe constituir para el viajero un dato de tanto valor como el paisaje, con el que guarda siempre una íntima afinidad. Lo único explica lo otro".
De modo que, si Jerez tiene 2.026 razones (o más) para ser elegida Capital Española de la Gastronomía, quienes visiten la ciudad en cualquiera de los doce meses de 2026 —cinco años antes de que también pueda ser Capital Europea de la Cultura—, haya o no designación, comprobarán que no se entiende un ajo de viña sin la tierra albariza que engendró hace siglos el jerez, unos riñones sin las arquitecturas catedralicias de la industria del vino o un tocino de cielo sin la ruta de los conventos que todavía quedan en la trama intra y extramuros del núcleo urbano y continúan habitados por monjas de clausura.
Del mosto en la viña a la plaza de las estrellas Michelin
De un mosto en una barriada rural a la que se llega por serpenteantes caminos hasta la bandera roja característica hasta la placita de la alta cocina que reúne tres estrellas Michelin, pasando por tabancos centenarios, ventas que sirven comida de reyes, bares en lugares recónditos del casco urbano con uno de los mejores pescaíto fritos de Cádiz, tascas de gloriosa tradición culinaria, chinchales insospechados y restaurantes que amalgaman sabores procedentes de medio planeta.
La oferta culinaria y enogastronómica —Jerez tiene la ruta del vino y el brandy más visitada de España— es cada vez más apabullante y el destino cada vez cobra mayor fuerza a la hora de planificar unas vacaciones de media y larga estancia o una intensa escapada de fin de semana. Y siempre está la cuestión del buen yantar y el buen beber entre las preferencias de quienes visitan la capital del Marco, la cuna del vinagre de Jerez, la tierra de la uva palomino.
Era lógico que desde el Ayuntamiento de Jerez se viera oportuno postular a la ciudad como Capital Española de la Gastronomía. Y 2026 será la fecha, si todo va como tiene que ir. En noviembre se conocerá la ciudad que sucederá a Alicante y que se unirá a una nómina de capitales gastronómicas como Oviedo, Cáceres, Almería y León. Creado en 2012, con el fin de favorecer el turismo a través de la cocina, este título está organizado por la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo, en colaboración con la asociación Hostelería de España, y todos hablan maravillas del impacto y retorno económico que tiene para las ciudades elegidas.
Oviedo, en 2024, generó más de 500 millones de impactos a nivel nacional e internacional, y obtuvo para la ciudad un movimiento económico de 30 millones de euros. El canon a pagar por la capital son unos 170.000 euros. En el caso de Jerez, la candidatura sale avalada por el respaldo unánime del pleno, lo que da sentido y fuerza a un proyecto que es de ciudad.
"Hay que ser siempre candidatos a algo"
En La Atalaya, el suprautilizado escenario municipal de eventos, se ha presentado en la tarde-noche de este pasado lunes la candidatura. La modesta gala ha cubierto las expectativas de presentar la iniciativa a escala local y lo bueno, como dijo Antonio Mariscal, presidente del Clúster Turístico Destino Jerez, es que la ciudad siempre "sea candidata a algo, a lo que sea, pero que aspire a algo".
Fotos | Jerez apunta a ser la Capital Española de la Gastronomía 2026

Todos a una por el reto de Jerez 2026, Capital Española de la Gastronomía.

La Q de Calidad Turística, que Jerez recogió el pasado enero en el marco de Fitur 2024.

El jerez y el tapeo, emblemas de la cultura gastro local.

Jaime Espinar, Tania Barcelona, Antonio Real y Agustín Muñoz.

Primera fila del evento de presentación de la candidatura de Jerez a Capital Española de la Gastronomía.

Jerez, Capital Española de la Gastronomía 2026

Vista general de la sala multimedia de La Atalaya.

Antonio Moure fue el conductor del acto.

Antonio Real se dirige a los asistentes.

Vídeo promocional de la candidatura de Jerez 2026.

Antonio de María interviene junto a Alfredo Carrasco y Antonio Mariscal.

Ambiente y lleno en la sala de La Atalaya donde ha tenido lugar el acto de presentación de la candidatura de Jerez 2026.

César Saldaña, presidente del Consejo Regulador del jerez, durante su intervención.

Intervención de Mercedes Colombo, delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz.

La alcaldesa de Jerez, durante su discurso en la gala.

Otro momento de la intervención de la regidora jerezana.
Echó mano a esa idea la alcaldesa, María José García-Pelayo, que se sumó a esa reflexión, dejando claro que "tenemos que aspirar siempre a todo lo que nos pueda dar una oportunidad, no solamente para ser reconocidos nacional e internacionalmente, sino también una oportunidad para mejorar siempre como ciudad. Tener retos es tener estrategias y estrategias para mejorar", señaló.
Doce meses de homenaje
En una gala conducida por los periodistas de Onda Jerez Antonio Moure y Charo Jiménez, que a ratos se demoró demasiado entre plato y plato, la idea quedó más que clara: hay serias opciones de celebrar por todo lo alto doce meses a boca llena —eché de menos al gran Eugenio Camacho, uno de nuestros periodistas gastronómicos más acreditados—.
Un homenaje (y auto-homenaje) a la cuchara jerezana y a la innovación en los fogones, al recetario de las abuelas (hay que cuidar más la presencia femenina en la puesta en escena de estos actos) y a las creaciones más arriesgadas, al maridaje —"en un país seco no hay cocina posible", decía Camba tras visitar Estados Unidos durante la ley seca— y al tapeo informal de barra. "Jerez parte con ventaja frente a otras ciudades aspirantes a este título", reconoció Antonio de María, presidente de Horeca en Cádiz.
"Hablar de Jerez es hablar de excelencia gastronómica, de innovación y de un legado culinario que trasciende generaciones. Aquí la cocina es arte, es identidad, es patrimonio. Jerez merece este reconocimiento", afirmó determinada Mercedes Colombo, delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, que acudió al acto junto a la delegada territorial de Turismo, Tania Barcelona.
Antes de ella, el delegado municipal de Turismo, Antonio Real, explicó la dinámica de estos reconocimientos y se mostró convencido de la idoneidad de una medida que es fruto de su empeño —también de las asociaciones Horeca y Hostelería Jerez, que preside Alfredo Carrasco— y del trabajo que queda por delante hasta la designación.
En la nave Don Jorge, tras algo más de una hora de acto, hubo brindis de honor y picoteo entre los cientos de asistentes —partidos, colectivos vecinales, representantes del sector bodeguero, etc, etc— a un evento que sirvió para tomar conciencia del caudal ingente gastronómico de la ciudad (y su mundo rural), su relación con la riqueza material y monumental — ya sea en piedra o en la naturaleza— del sexto municipio español en extensión, y de la importancia de asumir retos colectivos que nos hagan mejores. La cosa sabe y huele bien.