En el cierre de la presentación, de más de una hora de duración, el delegado de Dinamización Cultural, Francisco Camas, ha hablado del anhelo de convertir a Jerez en Capital Europea de la Cultura en 2031 —las ciudades candidatas se decidirán en tres años— y ha hablado que dicha consideración, un título conferido por el Consejo y el Parlamento Europeo, suele fijarse más en municipalidades que realmente tienen necesidad o que tienen grandes necesidades. Es el caso de Jerez, que se enfrenta a nivel nacional con potenciales aspirantes como Granada, Cáceres y Las Palmas de Gran Canaria.
Con una fortaleza viva y un potencial cultural impresionante, pero con unas carencias casi al mismo nivel. Así ha arrancado Jerez este proceso, donde es lógico que surja el "escepticismo" en esta parte "menos sexy" del trabajo de campo. “Debilidades” que no ha ocultado el responsable municipal, quien habla del “largo camino” que queda por delante ante un reto “que no es de nadie, es un proyecto de ciudad”. Solo el PP ha faltado a un acto en el que han estado representantes de Cs, Adelante Andalucía (versión IU) y Ganemos. Hacer de esta necesidad virtud parece que es el horizonte de este trayecto que se ha iniciado hace ya algunos años y que ahora, con un Plan Estratégico de la Cultura y la Creatividad de la Ciudad de Jerez (PECCJ) sobre la mesa, con su pormenorizado análisis-diagnóstico de la situación de partida, recopilando las propuestas en materia cultural de los distintos partidos políticos con representación en la Corporación, empieza a cobrar forma más o menos tangible.
Encomendado por el Ayuntamiento de Jerez a la empresa Culturalink, su máximo responsable, el ya curtido gestor cultural Antonio Ramos Murphy, ha sido el encargado, junto con el experto en economía creativa, Pau Rausell, de esbozar las líneas maestras del referido Plan. Un trabajo granular, “una lupa puesta sobre Jerez”, como lo ha definido la alcaldesa Mamen Sánchez. Un prolijo dossier que ha sido elaborado “con absoluta independencia” política. No querían que saliese una foto bonita o “cocinada”, sino una radiografía real de la realidad cultural de Jerez, con su buena dosis de agitación “debajo del radar del Ayuntamiento”, que puede aprovecharse, y sobre todo con todas esas debilidades que se han apuntado y que se concretan en lo básico: hay poco dinero. Poquísimo.
El primer gran lastre para un tejido cultural sólido y bien armado, que redunde en el desarrollo futuro de la ciudad, es el presupuestario. “Se puede comprobar que, en todas las partidas, Jerez gasta menos por habitante que la media en España, siendo las funciones donde las diferencias son mayores las de Bibliotecas y Archivos y equipamientos culturales y museos”, apunta el documento, al que ha tenido acceso lavozdelsur.es y que pueden leer íntegramente aquí.
Más concretamente, en 2020, el gasto en cultura del Ayuntamiento de Jerez fue de 6,68 millones de euros, lo que supuso el 3,1% del gasto total municipal, alcanzando un desembolso medio de 31,3 euros por habitante. Según los expertos, para que la cultura sea mínimamente transformadora de la realidad socioeconómica de un municipio debe irse como poco por encima del 5% del total del presupuesto anual. En términos comparativos, añade el diagnóstico —que mejor sería que empezara por hablar de inversión, no en clave gasto—, el desembolso municipal por habitante muestra unos valores notablemente inferiores al promedio estatal (68,9 euros), siendo el porcentaje sobre el presupuesto municipal total también inferior al de la media de los municipios del conjunto del Estado (4,3%).
Esto es, el Ayuntamiento de Jerez dedica menos de la mitad que la media nacional en inversión cultural por habitante. La voluntad política, según se ha dicho en la presentación, es cambiar esta dinámica. “La dimensión presupuestaria de la política cultural local se ha mantenido más o menos estable en unos valores muy bajos, ya sea en términos absolutos como en términos comparativos, respecto al presupuesto total”, argumenta el informe. En mandatos anteriores, como el del PP entre 2011 y 2015, quedó claro que si había algo que recortar lo primero era en el apartado cultural.
La mayoría de encuestados para el Plan, de hecho, ven adecuado el desembolso actual, lo que indica que algo no se está terminando de transmitir acertadamente desde hace años, a la vista de la enorme diferencia con la media nacional. “Si aceptamos lo que indican las recomendaciones de la UE y de otros organismos internacionales sobre la relevancia de los sectores culturales y creativos en los modelos de desarrollo regional y su impacto local, resultaría recomendable que los presupuestos en cultura en el ámbito local se ubicaran, al menos, entre el 5% y el 10%. Este objetivo no se ha llegado a alcanzar en Jerez de la Frontera en los cuatro últimos años con datos de gastos liquidados (2017 -2020)”, mantiene el informe elaborado por los técnicos de Culturalink, que entre las inversiones culturales también incluye los festejos y fiestas populares, y que refleja así mismo la deficiente dotación de recursos humanos del área municipal de Cultura (1,78 euros por habitantes frente a los 3,49 euros de la media nacional).
Potente ecosistema cultural
En todo caso, más allá de la inversión pública, el documento exhibe la tremenda fortaleza en cuanto a ecosistema cultural de la ciudad, contabilizando más de 200 recursos culturales y 216 actores e iniciativas vinculadas a la cultura en la ciudad —asociaciones, peñas, colectivos, compañías, espacios privados y públicos…—, con 54 iniciativas culturales al año, cada una de ellas subdividida en decenas y decenas de actividades. Este inventario, en todo caso, “se considera una herramienta útil y un punto de partida a ampliar”, ha señalado Ramos Murphy.
Asimismo, el informe apunta a que “el peso, la diversidad y la particularidad del subsistema dedicado a la formación artística es el rasgo más característico y también el de mayor potencial en el caso de Jerez”. Otra de las cuestiones llamativas del informe habla de la calidad del empleo en el sector de las industrias culturales y creativas. A pesar de la pandemia, “a diferencia de lo sucedido en la provincia y en Andalucía, en Jerez la crisis de la Covid-19 no frenó el desarrollo positivo de los sectores culturales”, y la evolución de los empleos de tipo cultural y creativo “ha sido más positiva que la del conjunto del empleo en el municipio”.
“Su reacción ante las tendencias de crecimiento a partir de 2015 —abunda— fue más vigorosa que en el conjunto de la economía local, aunque sí tuvo una caída durante los años más duros de la crisis. En 2020, mientras que la ocupación agregada seguía casi 13 puntos porcentuales por encima que la de 2013, la ocupación en el sector cultural y creativo ya había recuperado su nivel inicial y se situaba 26 puntos porcentuales por encima”.
Aunque muchas de las cuestiones que recogen las más de 200 páginas del informe ya se sabían o intuían, aunque las flaquezas de un tejido y unos recursos presupuestariamente famélicos ya eran de sobra conocidas, el esfuerzo por visibilizarlas, por visibilizar todo el mapa cultural del territorio, y las orientaciones para convertir la cultura en un verdadero motor transformador, capaz de generar empleo y riqueza (no solo material), hacen que merezca la pena seguir andando el camino, con Capitalidad o sin ella.
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