Hace tres semanas, Jordi Sabaté, enfermo de ELA, realizaba un conmovedor llamamiento en sus redes. "Si no encuentro a nadie, me veré obligado a pedir la eutanasia, ya que no existe ayuda pública de cuidados de expertos para los enfermos de ELA".
Nueve años lleva con esclerosis lateral amiotrófica. No puede moverse ni siquiera hablar. Tampoco puede beber ni comer ni beber, pero a pesar de ello, Jordi no ha perdido las ganas de vivir. Simplemente, necesitaba a alguien que le ayudase a sobrevivir en su día a día. La persona que estaba cuidándole dejó el trabajo.
Y, como el propio Jordi ha manifestado, "¡la vida ha ganado a la muerte! ¡Ya he encontrado a una persona para que me asista y me mantenga con vida".
A pesar de su difícil situación, Jordi no pierde el sentido del humor. "Se llama Anna y no tiene ningún problema para trabajar conmigo, aun siendo calvo".