El Palacio de la Condesa de Casares en la Plaza de la Asunción, la antigua sucursal de Caja San Fernando en Conde Cañete del Pinar, el mítico edificio de El Gallo azul en la calle Larga o el antiguo local comercial de Rianal son solo algunos de los edificios que están en pleno proceso de obras y transformación en el centro histórico de Jerez. Tras muchos años de intenso letargo en el que las rehabilitaciones fueron casi mínimas, el intramuros parece vivir un despertar de la piedra y el cemento. Las maquinarias vuelven a funcionar y locales y edificios que llevaban años esperando a ser abiertos, por fin parecen prepararse para una nueva etapa.
El Plan Integral de Regeneración Urbana ha sido uno de los pilares para dinamizar la conservación de los edificios, con una normativa que obliga a una correcta salvaguarda por parte de los propietarios. En caso contrario, diversos procesos administrativos permiten movimientos más ágiles a la hora de buscar una titularidad alternativa que se comprometa con su mantenimiento.
El fin de la pandemia y la promoción de Jerez a nivel turístico también ayudan sin duda a que cada día más inversores se fijen en el centro histórico. El objetivo, en algunos casos, rehabilitar antiguas fachadas con el único y loable fin de conservar el patrimonio civil de la ciudad; en otros, construir viviendas de larga estancia, un deseo muy anhelado por el tejido vecinal. En otros muchos casos, los edificios acabarán siendo hoteles, negocios hosteleros y apartamentos con fines turísiticos.
Uno de los locales que llevaba más de diez años cerrado es el que se encuentra entre la calle Algarve y Conde Cañete del Pinar, donde todavía casi podemos recordar las gráficas verdes de la Caja San Fernando que albergaba la fachada. En muy poco tiempo este espacio pasará a ser un bar de café y copas regentado por Carlos Martín y Cristián García, promotores que actualmente trabajan sin descanso para culminar este sueño.
Para Guillermo Plaza, arquitecto del futuro establecimiento hostelero, es su primer proyecto en el centro de Jerez: “Lo más complicado por la actual normativa es trabajar el aislamiento acústico y preparar la fachada. Hay que hacer el enfoscado tradicional para cumplir con la estética del centro histórico, que ahora solo permite piedra vista o colores como el blanco, el albero y los tonos tierra”. De hecho, la antigua fachada lucía un característico mármol negro, pero con la nueva adquisición, es obligatorio realizar estos cambios. Antonio García es jefe de obra y tras varios meses con proyectos menores, este es su primer trabajo de mayor envergadura: “Voy notando que se mueven muchas cosas, cada vez hay más encargos”.
"Desde hace unos años en Jerez se está meneando mucho la cosa. Están invirtiendo y viniendo buenos inversores"
Miguel de los Reyes es gerente de Restauraciones Cantomar, promotora que está ahora mismo trabajando en dos edificios en Jerez, una casa particular en la Porvera y un edificio de locales comerciales entre las calles Larga y Algarve. El propietario, natural de Zamora, ha decidido tras muchos años rehabilitar el edificio y Miguel de los Reyes está al cargo de esta empresa: “Desde hace unos años en Jerez se está meneando mucho la cosa. Están invirtiendo y viniendo buenos inversores. Antes Jerez estaba muerto, pero ahora ves muchos andamios y actividad”, cuenta Miguel. “Me he pasado años sin ofertar nada aquí, y en los últimos meses he tenido varios proyectos. Se augura un futuro con muchas obras”, explica este ilusionado gerente.
Por su parte, el empresario Fulgencio Meseguer ha adquirido recientemente en propiedad el Palacio de la Condesa de Casares, en el número 2 la Plaza de La Asunción, que se someterá en breve a un proyecto de rehabilitación tanto de la fachada del edificio, de gran interés histórico, como del interior del inmueble.
Los antiguos almacenes Rianal, diseñados por el arquitecto Fernando de la Cuadra con una característica fachada de granito verde, también se encuentran en fase de obras para convertirlos en un edificio residencial que contará con 11 viviendas. Junto a Rianal, otro célebre edificio de Jerez, El Gallo Azul, ha conseguido la licencia para continuar el trabajo de remodelación que se comenzó hace ya más de un año y que quedó paralizado por la pandemia.
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