El veterinario jerezano que decidió emprender un proyecto de conservación de primates en el Congo, Luis Flores, cuyo reconocimiento internacional es notable, ha tenido prácticamente que huir de ese país a causa de una guerra que está debilitando, aún más si se puede, las estructuras sociales y de desarrollo básico de una "gente que sufre", además de esquilmar la selva, con los daños que se está produciendo a ese ecosistema.
En declaraciones a lavozdelsur.es, Luis Flores ha explicado que a principios de diciembre tuvo que venirse del Congo: "Antes del 31 de enero todavía la cosa no estaba muy clara porque el M23, un grupo rebelde revolucionario, había ocupado una parte de la provincia de Norkibu, que es como Sevilla, y también Goma, una ciudad importante al este de Congo donde se mueve todo el tema de minerales para los dispositivos electrónicos, para las baterías de los coches eléctricos y mucho oro".
Cuenta que para colmo de desmanes, el ejército congolés, en su huida de Goma hacia la provincia de Norkibu, "que es donde yo estoy, esos militares roban, violan, y hacen de todo". Dentro de las acciones que desarrolla en el país africano está el Laboratorio de Salud Global, que él puso en marcha, "fui a una reunión a Kinsasa, pero nos cogió el día que quemaron la embajada de Francia y la de Ruanda".
"En agosto de 2023, llegó cerca de mi casa un grupo rebelde que van contra los ruandeses, país de donde son mi mujer y mi niño"
Esto provocó que estuviera dos días en el hotel sin poder salir para después, cuando tuvo la oportunidad, salir del Congo, "y ahora estoy viviendo aquí, trabajando en los proyectos que hemos hecho y seguimos haciendo de investigación en España".
No obstante, dice, "sigo trabajando con la incertidumbre. Ahora mismo es imposible para un blanco estar allí". En febrero de 2024 se trajo a su familia a España, "porque en agosto de 2023, llegó cerca de mi casa un grupo rebelde que van contra los ruandeses, país de donde son mi mujer y mi niño".

Ante este tremendo panorama y ante la disyuntiva de volver, Luis Flores valora que "he hecho muchas cosas en República Democrática del Congo y sigo haciendo cosas, Y después también tengo en cuenta que los congoleños son muy buena gente, pero gente que sufre".
Relata que en esa población hay "gente como nosotros y están los súper vulnerables, los más pobres; los que cada día tiene que ir a buscar agua con un bidón, que por la mañana y por la tarde tiene que buscar palitos, para hacer leña, para poder cocinar unas habichuelas".
"Hay gente formada, científicos y demás. Están allí con miedo a lo que va a pasar cuando llegue el M23", y es inevitable hacer referencia a las grandes potencias y líderes mundiales: "Hay quien se identifica con Donald Trump o con Elon Musk. Pero yo me identifico más con esa África pobre y necesitada, que realmente lo único que quiere es vivir en paz".
El 90% de los minerales básicos de todos los dispositivos electrónicos se extraen del Congo, donde "hay una lucha de intereses Rusia y Estados Unidos" como principales potencias. "Es una auténtica vergüenza, porque esto es realmente rifarse el país a base del sufrimiento de la gente; sin ninguna impunidad. Todo es producto de la política mundial, son muchos millones".

En cuanto a la situación del ecosistema del país, llama la atención sobre otro comercio muy importante allí, el carbón vegetal que se produce talando árboles en la selva. En cuanto al centro de rehabilitación de primates creado por este veterinario "seguimos gestionando el santuario, estamos en contacto cada día con los cuidadores, que ahora mismo se encuentran en una situación muy preocupante junto a sus familias".
"Es una auténtica vergüenza, porque esto es realmente rifarse el país a base del sufrimiento de la gente"
En pocas palabras, "esperando que venga el enemigo". Luis Flores lamenta que esta situación hace mucho más vulnerable las poblaciones salvajes de gorilas, "el M-23, cuando ocupó todo el Parque Nacional de los Virungas, ha producido un montón de carbón vegetal, una tonelada al día cortando árboles".
Advierte que todos estos daños provocados por el conflicto afecta al equilibrio climático "del que dependemos y está cada vez más amenazado, pero también provoca una situación, muy vulnerable, frente a la aparición de enfermedades emergentes".
Sobre esto último, Flores argumenta que "los hombres viven mucho más en contacto e interacción con la explotación de la selva, con los animales en reservorios salvajes donde puede haber virus que pueden saltar, como ha pasado con la viruela del mono recientemente, que es una epidemia que todavía está vigente".
"El conflicto afecta al equilibrio climático, pero también provoca una situación muy vulnerable frente a la aparición de enfermedades emergentes"
Añade que también hay un problema con la tuberculosis, "trabajamos contra esta enfermedad y la gente ahora mismo no tiene posibilidad de venir a hacerse diagnósticos", a lo que se suma que encontrar el tratamiento para la tuberculosis "va a ser difícil porque, ha cerrado USAID que era una gran agencia de cooperación americana, de la cual dependía en gran parte el proyecto de enfermedad en la República del Congo".
Luis Flores es contundente al subrayar que "ahora es un problema de salud regional, pero se puede volver en un problema para la salud global porque es a partir de allí puede saltar una nueva cepa de ébola o de otro virus emergente como ha sido el covid".
¿Le quedan ganas de volver allí viendo tanta tragedia?, cuestión sobre la que dice que "no te puedo decir que ya no me quedan ganas porque el laboratorio sobre salud global, y el de la conservación, después de ocho años haciendo eso en África, es una parte de mi desarrollo profesional y de mi vida".
Pero ahora es consciente de que "me toca por un tiempo estar aquí y organizarme personal, profesionalmente y ver un poco cómo la situación acontece. Evidentemente, allí soy un blanco perfecto".