La última hermandad de la jornada del Lunes Santo en Jerez, la del Cristo de la Viga, ha mantenido la expectación sobre si saldría o no en esta tarde. Un poco más tarde de lo fijado, se abrieron las puertas de la Catedral par dejar salir la cruz de guía de caoba y plata de la hermandad.
La del Cristo de la Viga tiene el histórico hándicap del valor artístico e histórico del crucificado, que pertenece al Cabildo Catedral. Dada su antigüedad, siglo XV, hace que todo prudencia sea poca cuando se tiene que decidir sobre su salida a las calles, más cuando las previsiones anuncian algún riesgo de precipitaciones.

Sin embargo y tras reunirse la junta de gobierno, venció la decisión de salir y así sucedió cuando la puerta principal de la seo jerezana de abrió en toda su amplitud para dejar ver al crucificado que se enmarca entre cuatro hachones, la devoción de un gran cofrade de esta hermandad que este año ha fallecido, Bernardo Linares.
De esta forma, las seis hermandades del Lunes Santo ya están en las calles cumpliendo con sus recorridos. Antes de la cofradía catedralicia, salió la hermandad de Amor y Sacrificio desde Madre de Dios, cuyas puertas se abrieron puntualmente para dejar salir la cruz de guía y a los severos nazarenos de esta cofradía, que visten con túnica y capuz negro, la única que no lleva capirote alto.

Acorde con el espíritu de esta corporación, el silencio es lo que impera en sus primeros momentos en las calles y durante del resto de su recorrido procesional, solo roto con la saeta que se entonó desde un balcón cercano. Como es tradición, la Virgen de Amor y Sacrificio llevó en su paso, cargado a hombros de sus hermanos, un ‘prado’ de alhelíes y azahares a sus pies.
Todo lo contrario con el ambiente que se respira en torno a San Marcos. Es el bullicio habitual del gentío que busca hueco para disfrutar la salida de la Hermandad de la Cena, que lo hizo con su habitual conexión entre la banda con el compás costalero, un paso que fue el primero en trabajar las marchas con cambios.
Es lo que busca el público que abarrota las estrecheces del templo alfonsino, unos primeros momentos de la hermandad en la que la banda de La Estrella de Dos Hermanas, incansable, ofrece sus mejores momentos y más este año en el que cumple 25 con la Hermandad de la Cena.