Nueve y media de la mañana. En la puerta del Ayuntamiento ya hay revuelo. Los nuevos concejales de Ganemos y Ciudadanos charlan con afectados por el ERE y con jerezanos que les dan la enhorabuena por formar parte de la nueva Corporación municipal. Al entrar los del PP hay protestas, que se difuminan cuando entran en el Cabildo Viejo, donde se celebra el acto de investidura de la nueva alcaldesa. Con suspense, pues hasta la tarde del viernes no se concretó el acuerdo, pero Mamen Sánchez ya es la nueva alcaldesa de Jerez, un cargo que recibe con “orgullo”: “Amo esta ciudad porque es la mía y la de todos los jerezanos y jerezanas”, dijo poco después de recibir el bastón de mando de la ciudad, que no soltó hasta poco antes de atender a los periodistas en el patio del Ayuntamiento. Con una sonrisa de oreja a oreja, pero la mueca de preocupación de la que siente la responsabilidad de regir un Ayuntamiento con una deuda brutal y una ciudad con una tasa de paro que ronda el 40%.
Antes de llegar al momento de la votación tuvieron que jurar (o prometer) su cargo los 27 concejales que ocuparán los sillones del salón de plenos los próximos cuatro años. Cada uno a su estilo. Los de IU lo adornaron: “Como ciudadano partidario de un modelo de estado federal, laico y republicano (…) prometiendo lealtad a los ciudadanos y luchar por el bienestar de los mismos”. Los de Ganemos también se salieron del guión preestablecido, asegurando que trabajarán para que el Ayuntamiento “esté al servicio de la ciudadanía y no al revés como ha venido siendo hasta ahora”. “La lealtad no se la guardo al Rey, se la guardo a mi pueblo”, añadió Ángeles González. Dos componentes de estos grupos también destacaron no solo por su juramento, sino por su vestimenta. En la camiseta de Manuel Fernández (Ganemos) se podía leer uno de los lemas del 15-M: “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Y Ana Fernández (IU) llevó una camiseta oscura con dos ovarios y la inscripción: “No pasarán”. Curioso cuando menos.
Una vez compuesta la nueva Corporación llegó la hora de votar las tres candidaturas presentadas: María José García-Pelayo (PP), Mamen Sánchez (PSOE) y Carlos Pérez (Ciudadanos). 11, 14 y dos votos obtuvieron respectivamente, como era lo esperado. Los concejales de Ganemos, como anunciaron previamente, mostraron sus votos a cámara, algo que contagió al resto de grupos. Raúl Ruiz-Berdejo y Ana Fernández, de IU, hicieron lo propio, así como también José Galvín y Antonio Saldaña (PP). Carlos Pérez, de Ciudadanos, apuntó que no quieren que en la ciudad “haya corruptos” y que el PSOE va a encontrar en ellos “un compañero de viaje” si se cumplen las medidas que llevan en su programa.
Raúl Ruiz-Berdejo (IU) prometió dignificar la política, “poniéndola al servicio del pueblo” y apostó por “abrir puertas y ventanas” en el Ayuntamiento para someterlo “al control de la ciudadanía”. Y al PSOE, a quien le ha prestado su apoyo en la investidura, le mandó un recado: “No damos un cheque en blanco, nuestro único compromiso es con los jerezanos”, por lo que no dudarán en “ponerse enfrente” de los socialistas si no cumplen lo prometido. El otro aliado del PSOE, Santiago Sánchez (Ganemos), comenzó su discurso acordándose de los sucesos de la Mano Negra, por lo que varios trabajadores de la ciudad fueron sometidos a garrote vil por unos delitos que no cometieron. “Diréis: qué exagerado el Santi”, comentó él mismo, para añadir que “los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla” y se refirió a Ciro Morales, condenado a tres años de cárcel por protestar frente al Parlament catalán: “No es el garrote vil, pero sigue siendo una injusticia”. El 15-M fue el germen de formaciones como Podemos, que luego han derivado en Ganemos, por lo que Sánchez (que vivió ese momento con intensidad e incluso se pidió vacaciones en el trabajo para no perderse nada), sacó pecho asegurando que ese momento supuso el “despertar de muchas conciencias”. En el Ayuntamiento, aseguró, han entrado, “como un caballo de Troya”, pero que “no busca muerte y destrucción, sino que pretende humanizar y transformar el Ayuntamiento en una institución que trabaje para sus ciudadanos”.
Pelayo: "No hay un gobierno de izquierdas; hay un apaño de izquierdas"
El plato fuerte llegó con la intervención de la alcaldesa saliente, María José García-Pelayo, que hizo un discurso agresivo y cargado de referencias a lo que considera un gobierno “débil” fruto de “una ambición personal desmesurada y, si me apuran, irresponsable”. Ahora sí, defendió con uñas y dientes la potestad para gobernar de la lista más votada (“el pacto con Pacheco –de 2003– era estable, hoy hay precariedad”) y aseguró que van a seguir “trabajando por esta ciudad”. “¿Creen que el pueblo de Jerez no fue sabio el 24 de mayo cuando dio su confianza mayoritaria a este grupo? ¿Ese día todos los jerezanos fueron tontos?, ¿ese día los jerezanos pensaron que aquí todo se hacía mal?”, preguntó retóricamente. Cada uno tendrá una respuesta distinta para estas preguntas. “El pueblo es sabio y habló”, añadió Pelayo, que se dirigió a Mamen Sánchez para asegurar que “hoy se está consumando un engaño y usted misma lo dijo”, en alusión a las palabras pronunciadas por la ahora alcaldesa hace apenas cinco días, cuando no era partidaria de gobernar en solitario. Ahora en Jerez “no hay un gobierno de izquierdas; hay un apaño de izquierdas”. También se acordó de Raúl Ruiz-Berdejo, al que se dirigió para asegurar que “Onda Jerez existe porque me he sentado para solucionar el problema que creó el partido del gobierno que está apoyando”. Tras un repaso (interesado) destacando lo mejor de su gestión, aseguró que se alegra de “dejarles (al PSOE) una ciudad mejor que la que nosotros encontramos” e incluso dijo que “Jerez se merece algo más que un circo” para acabar con la voz quebrada acordándose de los trabajadores municipales y disculparse por los “proyectos no terminados” durante su mandato.
Como ya dijera la propia Pelayo en 2011, Isabel Armario, portavoz socialista en el pleno, dijo que van a gobernar “para todos” y que tendrán “las puertas abiertas para toda la ciudadanía”, algo en lo que coincidió la nueva alcaldesa, Mamen Sánchez, cuya carrera política ha llegado a su “cénit”, como ella mismo dijo. Entendimiento, diálogo y consenso son palabras que plagaron su discurso. Qué remedio cuando está condenada a entenderse, dialogar y consensuar con los otros dos grupos que le han prestado su voto para que gobierne la ciudad. Hasta se miró en el espejo de Manuela Carmena, que gobernará con siete delegados, como ella. “Si pueden hacer el esfuerzo en Madrid, nosotros siete también lo vamos a conseguir; es una cifra mágica y señal de buena suerte”. Para “revertir la situación” que vive la ciudad apostó por emprender “una revolución social y económica”, en la que invitó a participar al resto de partidos. La transparencia (“publicaremos los sueldos de la alcaldesa y concejales, los gastos municipales, inversiones, subvenciones a entidades…”), la priorización de la creación de empleo y su compromiso de readmitir a los afectados por el ERE a los que la Justicia les dé la razón también tuvieron un hueco en su discurso, que acabó con una frase rimbombante: “Prometo que me voy a dejar el alma y mi alma es totalmente jerezana”.
Pero el acto no acabó dentro del Cabildo Viejo. Fuera, a la salida de Mamen Sánchez, la nueva alcaldesa fue vitoreada por afectados por el ERE y de varios colectivos de la ciudad. La regidora saliente, María José García-Pelayo, también recibió gritos de ánimo. "Pelayo es la alcaldesa de Jerez", se pudo escuchar por boca de varias personas en un acto que tuvo poco de espontáneo. En la esquina de las calles Latorre con Pozuelo, algunos jerezanos tuvieron palabras menos amables para los populares. "Sinvergüenzas", "fuera", "soberbios"... La cosa no fue a más y los concejales, protegidos por la Policía, se fueron Pozuelo arriba. La nueva legislatura ha comenzado y se intuye que lo de hoy es solo un aperitivo de lo que espera los próximos cuatro años. Aburrida no va a ser.
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