"Todo esto lo hago por la zona sur, no para que pongan un árbol en la avenida Álvaro Domecq". Así lo explica Manuel Pérez, al referirse al proyecto al que está dedicando sus años de jubilación.
Cuenta que en 2020, cuando llegó la pandemia, se asomaba por la ventana de su casa y lo que veía justo debajo era un cuadradito de tierra, que en esos momentos era "una escombrera, todo negro". Y decidió hacer algo al respecto. Limpió ese 'cuadradito', como lo llama cariñosamente, y comenzó a plantar árboles en esa tierra.
"Por las tardes me bajaba aquí, y empecé a buscar semillas. Mi hija pasea mucho por la zona de Costa Ballena, la acompañé un par de veces y me fijé en los árboles, recogí semillas, empecé a echarlas... Y esto tiene ya cuatro años", explica Manuel.
A medida que los árboles crecían, los trasplantaba a una zona ajardinada cercana. Poco a poco, dice, "por fin el Ayuntamiento de Jerez se ha acordado de que la zona sur existe". El primer año vecinos de varios edificios se unieron para comprar árboles y que Manuel los pudiera plantar. Desafortunadamente, los primeros desaparecieron. "Pero te voy a decir una cosa", declara contundente. "Desaparecen aquí y desaparecen en todas partes, porque yo las veces que he hablado con gente del Ayuntamiento me dicen que aquí, si se pone algo, se parte. Yo te puedo decir que en las zonas nobles de Jerez faltan árboles, yo me fijo y faltan bastantes árboles que han plantado hace nada", cuenta.
No obstante, ante el peligro de que los árboles se rompieran y no crecieran, o desaparecieran, Manuel optó por comprarse una parcelita para seguir con su proyecto. "Como vi que estaban aquí en medio, que se partían… Terminé comprándome una parcela", afirma.
Explica que lo único que le da de vez en cuando el Ayuntamiento son los tutores para que los árboles crezcan, y no siempre. Por otro lado, "el agua de estos cuatro años que llevo plantando sale de mi comunidad", apunta. La ha pedido al Consistorio, pero nunca se la dan, pese a que él cuida de estos árboles para que luego luzcan en los parques y jardines de la zona sur de Jerez.
Este año, cuenta, ya tiene diez árboles bastante grandes que están creciendo a buen ritmo en el cuadradito. El próximo año, cuando ya tengan el tamaño adecuado, los pasará al parque cercano.
Poco a poco, con su labor, ha conseguido que todos los vecinos vigilen que los árboles crezcan sanos. "Los vecinos están encantados de la vida, porque aquello era una escombrera. Es más, si ven niños tocando, si ven que alguien se acerca… Ya le están pegando dos chillidos", relata. Incluso a los adolescentes, "que ya no tocan, pero al principio se metían dentro y demás", les ha explicado lo que hace y por qué lo hace, y ya todos respetan el espacio.
Su parcela, si bien es de pequeñas dimensiones, sorprende a quien atraviesa sus puertas. Prácticamente, cada cuadrado de tierra tiene un árbol plantado, en diferentes etapas. Hay un tipo de acacia que da flores rojas, castaños, liquidambares, cerezos bravíos, árboles de Júpiter... Y también árboles frutales, la única condición que ha puesto la mujer de Manuel en este proyecto.
Manuel ha ido recabando y recopilando semillas de todas partes. Los árboles se han convertido en su pasión. Cuenta que suele ver bastantes series coreanas, y siempre está ojo avizor a ver qué árboles aparecen en pantalla. Luego rastrea por Youtube, redes sociales... y así va ampliando su conocimiento. Ha pedido semillas de Alemania, de Málaga... de donde sea. Busca sobre todo que los árboles tengan colores diferentes y alegres.
La parcela está repleta también de macetas, que son los árboles más frágiles o pequeños. En total, tiene unas 130 en la parcela, que se suman a unas 50 o 60 que tiene también en su casa. Todos esos árboles pasarán, en algún momento, a parques, jardines y terrenos baldíos de Jerez sur, donde él ha regentado una tienda de alimentación durante 40 años.
"Mis clientes han sido toda la vida gente del MOPU, de Vallesequillo II, del Titanic… Con mi hobby, con lo que yo me entretengo, si puedo devolverles algo y dejarles algo bonito para el día de mañana…", se sincera.
Manuel es consciente, eso sí, de que probablemente no verá la mayoría de los frutos de su esfuerzo. "Muchos de estos árboles llegan a la plenitud a los 15, 16, 20 años... No lo voy a ver, pero es lo que hago y ya está", afirma.
Su motor es cambiar un poco la visión de la zona sur: "Me imagino llegar a la rotonda nº 1 y en vez de ver un terreno baldío, ver tres o cuatro árboles. Y si sigues hacia adelante, antes de llegar al MOPU, ahí no hay más que un cañaveral, y si metes seis o siete árboles… Llegará un punto en que todo esté diferente".
A cambio de esta labor que realiza por y para Jerez, Manuel solo pide al Ayuntamiento que los árboles se queden en estas barriadas del sur. "Yo les doy los árboles al Ayuntamiento, los planto ahí y ahí se quedarán. Lo único que digo es que los árboles se tienen que quedar aquí, en la zona sur, es mi único requisito. Porque la zona sur tiene mala fama, parece que aquí nos comemos a la gente... Y yo soy nacido, criado, empadronado aquí y he trabajado aquí toda mi vida", puntualiza. Lo que busca con esta dedicación es que la zona donde ha pasado su vida sea "un poquito diferente" algún día.
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